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Todos quieren tener la soja

Según los datos que se manejan en la Secretaría de Agricultura de la Nación, la capacidad de molienda de oleaginosas en la Argentina está pasando de 98.000 toneladas por día en 2004 a 145.000 en este año, con perspectivas de llegar a 152.000 en 2007.

Según los datos que se manejan en la Secretaría de Agricultura de la Nación, la capacidad de molienda de oleaginosas en la Argentina está pasando de 98.000 toneladas por día en 2004 a 145.000 en este año, con perspectivas de llegar a 152.000 en 2007.
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Por Infocampo

Esto le da a la industria del crushing -término inglés para definir la trituración del grano oleaginoso para obtener el aceite por un lado y la harina por el otro, capacidad para moler unas 45 millones de toneladas, asumiendo 300 días de operación al año.

Pero las inversiones realizadas por las empresas que participan de este negocio, luego de la devaluación y que van entrando en actividad en el presente estaría generando una capacidad superior a la oferta de oleaginosas.

Por ejemplo, en 2005, de las aproximadamente 40 Mt de soja que se produjeron, alrededor de 10 Mt salieron tal cual por los puertos argentinos, fundamentalmente con destino a la China.

Según el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, la industria local molió alrededor de unas 28 Mt de soja de la campaña 2004/05.

La consecuencia de esto es que las aceiteras estarían librando una silenciosa batalla para hacerse de la mercadería y tener la mínima capacidad ociosa posible. âEl desafío que tienen es cómo capturar la oferta sin levantar el precio de la sojaâ, reflexiona el jefe de la mesa de granos de una importante corredora de Rosario, en diálogo con Infocampo.

Pero esta necesidad, sumada a cierta holgura financiera de los productores, ya estaría teniendo efecto sobre el precio de la oleaginosa.

âHoy estamos por encima de Chicago, con una soja que en el mercado local se paga 520 $/t cuando tranquilamente, en otra situación, estaríamos viendo un precio de 480 $/t. Yo pienso que la competencia de exportadores e industriales termina siendo buena para el productorâ, razona por su parte el gerente de operaciones de una fuerte empresa de acopio en la provincia de Buenos Aires. La necesidad de la demanda por âoriginarâ soja, como se dice en la jerga del comercio granario, ha llevado a nuevas formas de negocios.

âLo más común es que ofrezcan un plus de 5 a 7 dólares por tonelada si en vez de entregar la soja en cosecha la entregás en octubreâ, explica un productor del centro-norte de Buenos Aires.

âEs como si te estuvieran regalando el almacenaje o el silo bolsa, que tiene un costo aproximado de 3 u$s/t. La ventaja es que entregando en octubre o noviembre, tenés un costo de flete más barato, porque estás en baja temporada. La cuenta es que, más o menos, te ofrecen un dólar por mes de retención del granoâ, agrega el productor.

La paradoja en el comercio sojero argentino es que al mismo tiempo que la industria necesita más soja para moler, un buen porcentaje de la cosecha se va tal cual hacia los destinos de ultramar. Al respecto, los conocedores de este mercado dan dos explicaciones:

a) Mucho grano fluye hacia los puertos durante la época de cosecha. Como las aceiteras no tienen capacidad de moler todo ese volumen, el excedente es aprovechado por las industrias del exterior.

b) Las grandes traders, que también operan en el crushing, manejan sus negocios como si fueran compañías separadas. Así, el jefe de la mesa de granos trata de colocar producto afuera como si no existiera la unidad de negocios de molienda, en tanto que el margen sea positivo.

De hecho, Cargill es una empresa que maneja más del 20% de las exportaciones de la soja y sus subproductos y opera en ambos negocios con igual eficiencia.

Otras, como Bunge o AGD están muy bien posicionadas en la exportación de subproductos (ver cuadro de exportaciones), pero retrasadas en el grano.

âCargill, Bunge y AGD están siendo muy agresivas en el mercado porque cuentan con redes de acopios propias, con las que llegan directamente al productorâ, comenta el director de otra corredora con base en Rosario.

De hecho, Cargill cuenta con 32 centros de acopio en las principales zonas de producción granaria argentina. âPero además hay que sumarle lo que están acopiando en silos bolsa, que es una cantidad apreciableâ, dicen en el mercado.

Otro comentario pone los ojos sobre Dreyfus, tercera en poroto de soja y quinta en harina, que estaría ofreciendo a grandes productores la instalación de celdas aéreas en sus campos, a cambio del compromiso de entregarles el grano. âSi hacés la cuenta es como si te estuvieran dando un plus de 4 u$s/tâ, explican sobre la oferta de esta multinacional del comercio granario.

Vinculado con la necesidad de originación, el otro tema que se está jugando en este momento es que el Gobierno nacional facilite la importación temporaria de soja, para que el grano proveniente principalmente de Paraguay se procese en la Argentina en vez de seguir aguas abajo hasta el puerto uruguayo de Nueva Palmira.

Como ya explicamos en las páginas de Infocampo, la producción paraguaya está en el orden de las 4 Mt, con una limitada capacidad de procesamiento interno. Se estima que dos tercios del grano sale tal cual y la hidrovía del Paraná es hoy la opción logística más económica para los productores del vecino país (la alternativa es cruzar el sur brasileño, para salir por Paranaguá).

A pesar de las dificultades tributarias que acusan los aceiteros para importar soja, molerla y exportar sus subproductos, en 2005 ingresaron a las terminales de crushing, 775.000 toneladas, casi toda de Paraguay, por valor de u$s 145,6 millones.

Dos empresas se repartieron este negocio. De acuerdo con los datos de la Dirección General de Aduanas, Cargill importó 457.000 toneladas por u$s 83,8 millones, mientras que Dreyfus trajo otras 290.000, por un valor de u$s 59,1 millones.

Con un valor promedio de la soja importada de 188 dólares por tonelada, los números mostraron un fuerte crecimiento. En 2004 se habían importado 324.000 toneladas, por u$s 72,8 millones, a un valor promedio de la tonelada de 225 dólares.

Más consecuencias. Con una demanda ávida de soja, sea para exportarla, sea para procesarla, no todos tienen motivos para festejar el presente del negocio.

âHay salvajismo. Se saltean (los exportadores e industriales) los eslabones de la cadena y van directamente a la chacraâ, se queja el director de la corredora rosarina.

En esto, coincide el gerente de Operaciones de la acopiadora bonaerense. âSe ha distorsionado el clásico esquema de comercialización, constituido por el productor, acopiador, corredor y exportador, y ahora tenemos a todos jugando en todo el terreno. Pero las reglas del juego son asíâ, reflexiona.

Pero los dardos también apuntan a las cooperativas, respecto de las cuales acopiadores y corredores se quejan de que compiten deslealmente porque hacen pesar sus beneficios tributarios para originar el grano y están en condiciones de ofrecer precios más altos por el mismo.

Así las cosas, el mayor beneficiado de la situación sería el productor. âLo peor de todo es que cuanto más beneficios se le ofrece al productor, más reticente se vuelve a largar el cerealâ, se quejaba el operador de una corredora.

Javier Preciado Patiño

jpreciado@infocampo.com.ar

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