Tres barcos que transportan cada uno 55.000 toneladas de gas natural licuado (GNL) se encuentran demorados en el estuario bahiense de Ingeniero White. La espera se debe a la habitual dificultad de disponibilidad de dólares para el pago de las importaciones y otros compromisos, que se extiende al resto de la economía desde que se generalizó el cepo cambiario, según publica Infobae.
Según la operatoria para el ingreso de estos combustibles, la descarga del cargamento en los puertos no se realiza hasta que se haya efectivizado la erogación de embarque, cuyo costo individual oscila en torno a los u$s50 millones. Asimismo, a ese monto hay que añadirle la multa por el retraso respecto de la fecha pactada, estimada en unos u$s75 mil diarios.
Las complicaciones en las tareas de regasificación, según publicó hoy el diario Clarín, se originan en la pelea de todos los días por resguardar las reservas. Como en otras actividades y rubros, el Banco Central restringe los pedidos de moneda extranjera a Enarsa y esta compañía, que se encarga de las compras de gas licitadas por YPF, debe asumir el costo global de las operaciones.
Sin embargo, otros consideran que la demora no responde a una falta de pago sino que es debido a las altas temperaturas de la pasada temporada invernal y comienzos de la primavera que hicieron que las necesidades de gas sean menos acuciantes que los despachos de GNL ya contratados. Así, según esta versión, se prefiere esperar y pagar las penalidades usando a los metaneros como una especie de silos flotantes, publicó el portal bahiense La Nueva Provincia.