Si bien la producción agrícola argentina es una de las más eficientes a nivel energético, los precios internacionales no dependen de nuestra producción y se encuentran distorsionados por las subvenciones que aplican en Europa y Estados Unidos.
El tractor es clave en toda explotación agropecuaria. De allí que toda mejora en su uso redundará en un beneficio para la empresa. El consumo de un motor varía con su régimen de marcha y con la carga. En ensayos realizados por el INTA se obtienen los valores de consumo específico. Partiendo de un cálculo práctico en los tractores que poseen una buena superposición de relaciones de transmisión se puede reducir el consumo. Las mediciones realizadas en el marco del Protrac arrojaron para labores de labranza secundaria como de siembra directa, ahorros promedio de entre un 25 y un 35 % de combustible. Actuando sobre el acelerador y seleccionando la marcha ideal se puede lograr que el motor funcione en el punto óptimo. Los norteamericanos han popularizado esta técnica como la de “cambio alto y acelerador bajo”. Los tractores de última generación con altas reservas de par y potencias constantes a lo largo de un amplio rango de regímenes se adaptan mejor a esta técnica.
Ing. Jorge A. Hilbert