Publicidad Cerrar X

Vacas y granos, en directa y en San Luis

Uno de los campos fue arrendado por doce años, a un valor fijo mensual, para hacer ganadería. Conlleva una inversión en mejoras y además el conocimiento puesto en la producción. En el otro establecimiento, El Amparo, se obtienen 90 quintales de maíz y 30 de soja.

Uno de los campos fue arrendado por doce años, a un valor fijo mensual, para hacer ganadería. Conlleva una inversión en mejoras y además el conocimiento puesto en la producción. En el otro establecimiento, El Amparo, se obtienen 90 quintales de maíz y 30 de soja.
infocampo
Por Infocampo

Miguel Sarraceno encarna el espíritu del productor Aapresid: trabaja en red vinculado con otros actores del negocio y desarrolla un nuevo paradigma agronómico en su región. De esta forma, sus dos campos, El Amparo y Don Gustavo, muy próximos a la ciudad de San Luis, fueron elegidos para que productores asociados a la entidad los visitaran, en la jornada previa a la apertura del congreso sobre ganadería en siembra directa.

¿Por qué es innovador el planteo de este empresario? Veamos.

El Amparo es un campo de 700 hectáreas, sobre la pedanía puntana, que el padre de Miguel Sarraceno adquirió en los 70. Este campo venía muy baqueteado por la agricultura convencional y muy afectado por la erosión hídrica. Cuando se hizo cargo, primero comenzaron con las curvas de nivel y las terrazas. Luego forestaron las cárcavas (enormes) e implantaron pasto llorón para frenar la escorrentía.

Pero fue con la siembra directa con la que dieron el vuelco en dos aspectos: productividad con sustentabilidad.

Hoy El Amparo hace quince años que está en directa. Hernán Otamendi, el asesor del campo, dice que el contenido de materia orgánica subió de 1 a 2,7% en ese lapso, contra los 3,5 a 4,5% de los lugares donde todavía hay monte. Asociado a contratistas de maquinaria, Sarraceno plantea un sistema agrícola continuo con maíz y soja de alta productividad. Con 800 mm por año, concentrados entre octubre y marzo, más un permanente riesgo de heladas y granizo, en esta última campaña sacaron 9.000 kg/ha de maíz promedio y 3.200 kg/ha con la soja.

Una proporción menor del campo la dedican a hacer verdeos invernales para semilla. La soja de segunda hecha a continuación les rindió unos 1.600 kg/ha, en promedio.

La producción de este campo la enganchan con la ganadería en Don Gustavo. Se trata de un campo muy degradado, unos 50 km al sur de San Luis, y con un régimen hídrico más severo que en El Amparo (unos 500 mm anuales).

Hace dos años cerraron un contrato de arrendamiento por doce años e hicieron una inyección de efectivo de unos $ 450.000, entre alambrados, bomba para sacar agua para la hacienda, aguadas, etcétera.

¡§El punto central es el control de malezas¡¨, dice Otamendi. Es que en el campo había de todo, desde sorgo de Alepo a chamico, pasando por el renoval del monte que invade todo.

La cadena forrajera la arman con verdeos de invierno (avena, triticale y centeno) y maíz diferido para pastoreo. El campo está poblado con 1.370 cabezas, y se practica el destete anticipado para no sobrecargarlo.

Somos productores de forrajes

Sarraceno sostiene que lo que produce su sistema es forraje. Toda una definición, porque a partir de ahí el resto es transformación en carne según lo que más convenga. ¡§Yo hago de cuenta que no hay gobierno¡¨, ironiza respecto de las cambiantes medidas que afectan a la ganadería. Con ese criterio, ese forraje (incluido el grano de maíz y el silaje) lo convierte en novillito, novillo pesado, ternero o incluso porcinos, porque armó un criadero con 120 madres en producción. Es que con el descuento de flete que sufren los granos en esa región, es impensable comercializarlo tal cual. Obligadamente tienen que convertirlo en alguna proteína animal, si quieren ganar plata.

Javier Preciado Patiño

jpreciado@infocampo.com.ar

Seguí leyendo:

Temas relacionados: