En su disertación en el Congreso de Aapresid 2005, el experto destacó, sin embargo, que “no se trata de cambiar uno por otro, sino de incorporar el ser al hacer”, porque si uno no se involucra en una tarea “se pierde fuerza, realización y disminuye la productividad”.
Di Lucca, consustanciado con la teoría holística, enfocó la gestión empresaria hacia la valoración de las personas y su transformación “en armonía con el todo” y recordó que en la actualidad se está tratando de recomponer al hombre “que fragmentamos” e integrarlo en sus cuatro dimensiones, física, intelectual, emocional y espiritual.
En esta visión de completud humana, se promueve que las personas “vean sus actividades como misiones, pues éstas exigen compromiso”.
Di Lucca reconoció que para entrar en este nuevo paradigma se requiere, entre las personas, la apertura de un espacio para el diálogo, la confianza, la creatividad, el sentido de equipo, para que decante en un “increíble poder de realización y crecimiento”.
Ante la atenta mirada del auditorio, el consultor pronosticó una era “de intenso desarrollo, donde el conocimiento va abriendo camino para la sabiduría, de forma que el respeto, la dignidad, el trabajo y la calidad de vida sean los pilares del crecimiento de nuestra sociedad”.
Pero, atención, este futuro sólo será posible “si nuestras cuatro dimensiones están desarrolladas equitativamente”. Es evidente que este nuevo paradigma generará un cimbronazo en todas las concepciones preestablecidas.
Marianela Garbini
mgarbini@infobae.com
Enviada especial a Rosario
