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¿Tan difícil es saber cuánto trigo sembramos?

¿Cuánto trigo más o menos se sembrará esta campaña? Hoy, la impresión que recogemos a través de las numerosas charlas que por semana tenemos los integrantes de Infocampo con distintos actores del agronegocio local nos llevan a pensar que la superficie se mantendrá sin cambios respecto de la pasada o que, en el peor de... Read more »

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Por Infocampo

¿Cuánto trigo más o menos se sembrará esta campaña? Hoy, la impresión que recogemos a través de las numerosas charlas que por semana tenemos los integrantes de Infocampo con distintos actores del agronegocio local nos llevan a pensar que la superficie se mantendrá sin cambios respecto de la pasada o que, en el peor de los casos, sufrirá una leve retracción.

Este sistema de consultas a quienes se conoce en la jerga como “informantes calificados”, hecho con rigor metodológico, en mayor escala y apuntalado por informaciones complementarias (venta de algún insumo clave), es ni más ni menos la forma en la que surgen la mayoría de las estimaciones de área sembrada que podemos leer día a día, tanto privadas como oficiales.

En rigor de verdad, no hay un sistema que permita determinar a ciencia cierta cuánto se sembró de tal o cual cultivo en una campaña. Luego, a la hora de predecir el volumen de la cosecha, a este factor de error que es la superficie, se le agrega otro que es el rendimiento de los lotes, lo cual eleva al cuadrado el margen de error de las estimaciones.

Esto que escribo en estas líneas era compartido por un especialista en estimaciones agrícolas, en una charla que manteníamos hace pocos días.

Sin embargo, a nivel de partido o región hay empresas que ofrecen el servicio, por ejemplo a acopiadores, de decirles cuánto hay sembrado de cada cultivo en cada región o partido. La metodología, sintéticamente, es sencilla. Partiendo de una imagen satelital actualizada, se calcula la superficie de los lotes que se corresponden con un determinado patrón. Luego se chequea, con personal a campo, que ese patrón efectivamente se corresponda con el cultivo identificado y no con otro.

La precisión, aseguran, es muy alta. Esto le permite a los agentes comerciales conocer quién está sembrando qué y cuánto, y programar tanto sus estrategias de venta de insumos como de compra del grano (originación).

Entonces cabe deducir que si esto es factible hacerlo a escala de partido, también lo puede ser a escala de país o como mínimo, de macro región (Entre Ríos lo hace por la provincia). La diferencia debería ser, por lógica, sólo de costo.

¿Qué imposibilita contar con un detalle preciso de lo que se siembra en la Argentina? En plan de especulación, o bien falta alguien que tome la decisión de llevar adelante este trabajo, o bien no hay interés suficiente en contar con esta información.

Mi interlocutor me aclaraba que incluso las imágenes estarían disponibles sin costo por la Comisión Nacional de Actividades Espaciales. O sea que todo se reduciría a sufragar el costo de la gente a campo. ¿Es así de fácil?

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