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âEl productor de soja sufre una presión impositiva de entre el 70 y el 80%â

Lo dijo Mario Calvo, vicepresidente de la Asociación de la Cadena de la Soja Argentina. El dirigente indicó que el aumento de los gravámenes está perjudicando en mayor medida a los pequeños productores y a los más alejados de los puertos.

Lo dijo Mario Calvo, vicepresidente de la Asociación de la Cadena de la Soja Argentina. El dirigente indicó que el aumento de los gravámenes está perjudicando en mayor medida a los pequeños productores y a los más alejados de los puertos.
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Por Infocampo

El Ing. Mario Calvo, vicepresidente de la Asociación de la Cadena de la Soja Argentina (ACSOJA), en diálogo con Gastón Guido, conductor del programa Momentos Infocampo (LR3 Radio Belgrano AM 950, de lunes a viernes de 21 a 23), destacó que el mayor cultivo del país, no solo sufre una presión fiscal inédita de hasta un 70 por ciento (si a las retenciones se les suma el Impuesto a las Ganancias y otros gravámenes), sino que los costos de producción aumentaron hasta un 43 por ciento.

Citando un trabajo elaborado por Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Calvo detalló que en rigor, la propia movilidad ascendente de los precios de los commodities que les permite a los productores aumentar sus ganancias, se termina convirtiendo en la razón por la cual éstas caen, debido a que los valores de los insumos se mueven al mismo ritmo.

Explicó que tanto los directos como indirectos -como las reparaciones o los repuestos-, tuvieron grandes aumentos a raíz de la inflación y porque al subir los commodities, también lo hicieron los precios de esos servicios. Detalló que el mayor impacto se siente en el gasoil, ya que âsi la campaña pasada pagábamos 1,60 peso el litro, ahora no bajamos de los 2,60 pesos el litro, teniendo que pagar aún más si uno quiere conseguir volúmenes de 2.000 litros o más. Por eso, Calvo aclaró que el tema de los fletes es el que tuvo mayor impacto en los costos, sobre todo en aquellos lugares más alejados de los puertos.

Más allá de puntualizar estas dificultades, a veces no del todo conocidas, por las que atraviesa la producción del primer cultivo agrícola del país, Calvo opinó que el sector agropecuario no debería comunicar esta situación en un tono de queja o de llanto -como habitualmente sucede- sino advirtiendo a la sociedad que las últimas medidas de aumento de la presión impositiva, quitan recursos a pueblos y ciudades de las provincias, demorando el desarrollo de las distintas regiones del país. âHabría que pensar -concluyó Calvo- en que si se sigue presionando sobre el cultivo, no solo se perjudicarán los pequeños productores y los más alejados de los puertos, sino que podría darse el caso que la tan mentada frontera agrícola, en vez de avanzar, retrocedaâ.

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