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Por un mercado consignatario yerbatero

Los productores aspiran a subir los actuales $ 0,67 que se les paga por kilo de hoja verde puesta en secado. Abogados del Instituto de la Yerba Mate estudian de qué manera se podría regular la oferta.

Los productores aspiran a subir los actuales $ 0,67 que se les paga por kilo de hoja verde puesta en secado. Abogados del Instituto de la Yerba Mate estudian de qué manera se podría regular la oferta.
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Por Infocampo

La campaña 2010 comienza para los yerbateros con una expectativa de aumento de la productividad en los yerbatales. Esta suba en la oferta de materia prima, lejos de ser un dato positivo, plantea al sector primario algunas dudas con respecto al precio que recibirán por su producción.

Desde 2002, el precio de este cultivo es fijado por el Instituto Nacional de la Yerba Mate (Inym) pero, indicó Sergio Delapierre, directivo de dicho organismo en representación de los secadores, ‘como hay más producción de lo que se está demandando, no se cumple en un 100 por ciento lo que dice la ley’.

Al productor primario le corresponden 67 centavos por kilo de hoja seca puesta en secadero pero, por ejemplo, ‘en el norte de Misiones se les abona entre 0,45 y 0,52 pesos, porque allí hay una mayor oferta de hoja verde’, destacó el Delapierre en diálogo con Infocampo.

Según lo establece el Inym, el kilo de yerba canchada, que sufrió la deshidratación y el picado grueso, ‘debe pagarse, por ley, 2,45 pesos, pero el valor que se abona, en realidad, varía entre 1,45 y 1,75 pesos’.

En la región productiva de yerba mate, que abarca Misiones y Corrientes, existen cerca de 17.000 productores que, en conjunto, producen 700.000 t de hoja verde. El resto del sector está conformado por alrededor de 230 secaderos y 130 industrias. ‘Pocas empresas compran a gran cantidad de productores, y esto provoca una pérdida de poder de negociación’ para el primer eslabón de la cadena, señaló el directivo del Inym.

La lucha de los productores se abocó a lograr una regulación de los precios, pero ‘eso no está funcionando porque nadie puede sobreponerse a lo que dicta el mercado’.

Por ello, los yerbateros basan sus esperanzas en la puesta en marcha de un mercado consignatario que se encargue de intermediar entre los productores y secadores, y la industria. ‘Una vez que se consigne la mercadería, los dos primeros podrían esperar con cierta tranquilidad un tiempo más favorable para vender sus productos’, consideró Delapierre.

La propuesta para conformar este mercado, que ya fue girada al Ministerio de Agricultura nacional, y a posibles inversores privados, requiere de una inversión inicial de 200 millones de pesos. Si se tiene en cuenta que se produce 250.000 t de yerba canchada, el sector genera, por año, alrededor de 1.500 millones de pesos, considerando el valor del paquete de yerba en góndola a 7 pesos.

Con esa inversión inicial se podrían comprar hasta 10 Mt de esa yerba, lo que generaría que ‘los precios se fueran para arriba porque la industria sí o sí tendría que comprar en ese mercado’, sintetizó el representante de los secaderos.   

El próximo paso es comenzar con la limitación de la oferta pero, destacó Delapierre, ‘ahí entramos en un tema ríspido porque algunos juristas consideran que no se le puede prohibir a nadie’ que produzca yerba.

Un equipo de abogados del Inym, en este sentido, está analizando de qué manera se puede armar un esquema de regulación de la oferta. La otra opción es que el productor se autorregule ‘imponiéndose él mismo una cuotificación’.

Precio. A cualquier argentino que toma mate se le erizaría la piel con tan sólo pensar que el paquete de yerba de un kilo pueda llegar a costar 12 pesos en la góndola.

Sin embargo, ese precio resulta ‘lógico’ si se tiene en cuenta que una gaseosa de tres litros de una marca líder cuesta cerca de 7 pesos, un precio similar al de cada paquete.

Para Delapierre, ‘es un precio irrisorio, contrastándolo con las gaseosas, sobre todo porque la yerba dura mucho más: una familia tipo, con esa cantidad toma mate toda una semana’, destacó Delapierre.

El gran problema de la yerba mate, evaluó el directivo, ‘es que no tiene traslado de precios a la góndola. Y como se considera un producto económico, y es consumido por el 98% de los hogares en la Argentina, se piensa siempre que la yerba tiene que estar por debajo de los 10 pesos’.

La industria, en este sentido, aportaría su granito de arena a esta situación porque, según Delapierre, ‘la competencia para imponer sus marcas en el mercado dificulta que se incremente su precio’.

Nota publicada en la Edición de hoy del Semanario Infocampo

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