En apenas 6 semanas desde que comenzara a aplicarse el recargo del 35% para los consumos en el exterior con tarjeta de crédito, esa medida, impulsada por el Gobierno para frenar la salida de dólares por la ventanilla del turismo, parece haber desalentado a buena parte de quienes se mantenían expectantes con el fin de sacar ventaja de un escenario impar.
Según los números del BCRA, al 10 de enero el stock de consumos con tarjeta había descendido a u$s 282 millones, de los u$s 479 millones que en promedio había arrojado noviembre, último mes donde el recargo de la tarjeta era del 20%. Esto implica un descenso del 41% en apenas 6 semanas. En rigor, los u$s 282 millones regresan la serie a los mismos niveles que se habían registrado en enero de 2012.
El recargo de la AFIP formó parte del combo que puso en marcha el flamante jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, junto al ministro de Economía, Axel Kicillof, y el titular del Banco Central (BCRA), Juan Carlos Fábrega.
Si bien en los primeros 15 días de aplicada la medida el aumento del recargo sobre los consumos en dólares con tarjeta de crédito a cuenta del impuesto a las Ganancias y Bienes Personales había caído 17%, en las semanas posteriores se profundizó la tendencia. Mientras el promedio para los primeros diez días hábiles pasó de u$s 483 millones en noviembre a u$s 400 millones en diciembre, en la segunda parte del mes hasta el 27 de diciembre el stock se redujo a u$s 328 millones. El promedio para enero ya es de u$s 292 millones.
De todas formas, en la City creen que la caída borra el avance que había experimentado la demanda de dólares para esta línea de crédito en los últimos dos meses y que podría ser la antesala de una baja aún mayor.
Según publicó El Cronista, uno de los puntos centrales al que se viene dedicando buena parte de la política monetaria aplicada desde el Palacio de Hacienda hacer referencia a la intención del Gobierno de achicar la brecha entre el llamado dólar turista (oficial más recargo) y el blue, tomado como parámetro para realizar turismo en el exterior.
El argumento es que cuanto más amplia es la brecha, más generalizada es la sensación que se está subsidiando el tipo de cambio para hacer turismo, lo que lleva a un público atento a sacar partido de esta diferencia de cotizaciones y, por ende, a demandar mayor cantidad de dólares. Lo cierto es que, pese a la disparada que experimentó el blue en el arranque de 2014, durante las últimas semanas de 2013, Kicillof había logrado achicar la distancia, lo que desalentó el consumo fuera del país.
El universo de medidas incluyó, además de incrementar el recargo al 35%, acelerar la devaluación, que sólo en diciembre avanzó un 6% o casi 40 centavos y en enero sumó otros 44 centavos para cerrar en $ 6,84 ayer. Hoy la brecha se encuentra en un 26%: entre $ 9,23 que cerró el dólar turista ayer y $ 11,70 del blue. Si bien en diciembre esta brecha fue más baja cercana al 11% la misma continúa en un nivel acotado considerando que a lo largo de 2013 llegó a ser superior al 50%.

