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Afirman que el Estado se queda con el 73,6% de la renta agrícola nacional

El dato se desprende de un análisis de la estructura de costos, ingresos e impuestos para soja, maíz, trigo y girasol. Alertan por el riesgo de que sigan subiendo los gastos.  

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Por Infocampo

El Estado se queda con el 73,6% de la renta que deja una hectárea agrícola en campo propio, ingresos que se transforman en recaudación fiscal efectiva o en subsidios a otras actividades de la cadena –procesamiento y exportación– al disminuir el precio de venta de los productos primeros.  

Así se desprende del análisis de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA). La entidad elaboró un índice sobre la estructura de costos, ingresos e impuestos para los principales cultivos del país (soja, maíz, trigo y girasol) para el mes de diciembre.  

De esta forma, explicó, si se suman los impuestos nacionales, provinciales y costos de intervención del mercado sobre la renta de una hectárea de uso agrícola representativa promedio a nivel nacional, se obtiene que por cada $ 100 el Estado se queda con 73,6 pesos.  

Según pubicó El Cronista, pese a que el avance del Estado sobre la renta es alto, FADA indicó que el valor de diciembre es menor a la medición correspondiente a junio, que era de 75,4 por ciento.  

Esta baja se explicó, en buena medida, por la devaluación del peso con respecto al dólar oficial, que entre septiembre y diciembre fue del 9,6%, marcando un ritmo anualizado de devaluación del 44%. “Esto genera un impacto positivo en el valor en pesos de la producción, reduciendo en términos relativo la importancia de los ítems no dolarizados”, explicó FADA. En paralelo, el valor de la producción se incrementó 10,83% en pesos contra septiembre, ponderando la participación de los cuatro cultivos, lo que significa un incremento del 1,1% en dólares.  

También los llamados ‘costos de intervención’ del Estado sobre la comercialización de productos, cayeron, del 2,5% de la renta agrícola al 0,8%. Esta caída está explicada por el incremento del precio del maíz disponible incluso por encima del valor FAS, reduciendo a cero el costo de intervención en este mercado. Por el contrario, en el mercado de trigo reaparecieron los costos de intervención al tener el disponible un precio menor al FAS teórico.   

Por último, el mantenimiento de los costos de transporte en un contexto de devaluación e inflación ayuda a presionar el índice a la baja.  

De la evolución del índice desde marzo de 2007 hasta ahora, FADA concluye que existe una rigidez a la baja de los impuestos que hace que la mayor parte del efecto del clima se vuelque al resultado del productor.  

Al mismo tiempo, los permisos de exportación y otras trabas a la comercialización “introducen costos innecesarios y reducen la previsibilidad”, afectan negativamente al negocio y por baja rentabilidad.  

Además, alerta que “la recuperación temporal de la rentabilidad por efecto del ritmo de devaluación”, puede acelerar los costos a mediano plazo. 

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