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Almendro: cómo realizar una producción sustentable y qué factores influyen en la nutrición

Una especialista asegura que debe haber un buen balance de la macro y microfauna como elemento clave para lograrlo. Aprovechar la relación entre el suelo, la microbiota y la planta, entre las claves.

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Por Infocampo

El almendro es un cultivo que requiere de una nutrición específica y en cantidades no tan escasas, como tradicionalmente se cree, al estar vinculado a suelos pobres o no tan productivos.

Según la doctora en biodiversidad Herminia de la Varga Pastor, para lograr una nutrición sostenible es de suma importancia tener en consideración al suelo. Este sistema complejo debe poder asegurar el soporte de los árboles así como un correcto aporte de nutrientes para garantizar una cosecha en condiciones y de calidad.

En esta matriz porosa interactúa un complejo ecosistema formado por una serie de microorganismos (hongos y bacterias), así como otros macroorganismos (insectos, larvas, gusanos, micro vertebrados, entre otros).

En este sentido, la investigadora asegura que es muy importante mantener el balance de la macro y microfauna que allí reside, ya que estas relaciones tienen incidencia en la estabilidad y la liberación de nutrientes del suelo que repercute al buscar una productividad sostenible.

Sin embargo, la doctora destaca la importancia que tiene la acción antrópica sobre el suelo y las consecuencias que esto puede tener sobre este ecosistema y el cultivo.

Por un lado, agronómicamente es importante actuar en el suelo desde el establecimiento de los árboles para conseguir que esté en las condiciones óptimas, no solo para los almendros, sino también para albergar, seleccionar y mantener estable la población de microorganismos que beneficiarán a los cultivos para sacar el máximo rendimiento del ecosistema, explica de la Varga.

las claves
  1. Regeneración química, física y biológica: En primer lugar, para una nutrición sostenible en el almendro, es imprescindible disponer de un suelo con una buena materia orgánica, clave en el momento de establecer la plantación. Según la doctora, con estos aportes se conseguirá una mejora físico-química del suelo al dar estabilidad a los agregados, se beneficia la estructura, y como consecuencia disminuirá la erosión, mejorará la aireación y la retención hídrica, lo que permite un uso más eficiente del agua, elemento clave en el cultivo del almendro. En consecuencia, habrá mayor disponibilidad de nutrientes, aumentará la capacidad de intercambio catiónico, se facilitará la formación de quelatos, mejorará la absorción de algunos micronutrientes y a la vez se corrigen toxicidades (metales, fitosanitarios, etc.). Como aspecto fundamental, se mantendrá una reposición eficiente del contenido de nutrientes. Además, se estimulará el crecimiento de microorganismos (hongos y bacterias), cuyo resultado es una regeneración biológica del suelo.
  2. Aprovechar la relación Suelo-Microbiota-Planta: es necesario dejar de lado las necesidades nutricionales del almendro y pensar en las necesidades nutricionales de los microorganismos que trabajan en sinergia con el cultivo.
  3. Activar rutas metabólicas concretas: En última instancia, deben activarse rutas metabólicas concretas: Las necesidades de la planta y su comportamiento fisiológico no son iguales durante todas sus etapas de desarrollo. Cada estado fenológico del cultivo va asociado a la activación de rutas metabólicas concretas, que se pueden potenciar con la aplicación de determinados productos como los bioestimulantes o los potenciadores metabólicos. Es importante conocer las necesidades del cultivo en las diferentes etapas en las que se va a encontrar, ya que no va a tener los requerimientos varían en función de cada etapa.