El ministro de Agricultura del Brasil, Mendes Ribeiro, aseguró hoy que fueron liberadas las restricciones del Gobierno argentino a la importación de carne porcina, con lo que a su vez quedaría allanado el camino para que el país vecino actúe con reciprocidad y libere el ingreso de una serie de productos, como papas, pasas de uva y quesos.
Mendes Ribeiro señaló que la información del fin de la restricción al ingreso de carne porcina provino del embajador argentino en Brasilia, Luis María Kreckler, consignaron medios brasileños.
Los funcionarios de ambos países mantuvieron hoy una reunión en la capital brasileña donde se asumieron los compromisos comerciales, como así también la decisión de comenzar a trabajar en un acuerdo sobre las condiciones de ingreso a Brasil de cítricos y langostinos.
La medida se dio a conocer una semana después de la reunión en la capital del Brasil de los cancilleres Héctor Timerman y Antonio Patriota y pone fin a un conflicto iniciado en febrero, cuando con la aplicación de las declaraciones juradas anticipadas de importación (DJAI), el ingreso de carne porcina brasileña a la Argentina se redujo considerablemente.
Poco antes de la comunicación de Mendes Ribeiro, el presidente de la Asociación Brasileña de la Industria Productora y Exportadora de Carne Porcina (ABIPECS), Pedro de Camargo Neto, había expresado su confianza en que la réplica del Brasil a las restricciones a las importaciones dispuestas por la Argentina “están surtiendo efecto”, aunque no ocultaron su desconfianza en “las promesas que demora en cumplir” el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, a quien le adjudican el cargo de “ministro”.
“El ministro (sic) Moreno dijo en Brasilia que eso sucedería ayer (por el lunes 21 de mayo). No conversé con los frigoríficos, pero creo que la liberación no demorará mucho porque la presión del Brasil, vía restricción de las importaciones, está surtiendo efecto”, señaló Camargo Neto, de acuerdo con lo consignado por el diario O Estado de Sao Paulo.
El empresario admitió que la Argentina “ha hecho muchas promesas que demora en cumplir”, pero confió en que resolverá sus “problemas internos” o en su defecto “sentirá perjuicios en otros sectores”.