Especialistas del INTA te enseñan a armar una huerta vertical con caños de plástico en tan sólo ocho pasos y brindan algunos consejos para tener en cuenta a la hora de llevarla a cabo. Diseñada en el marco del programa Prohuerta, esta tecnología permite producir frutillas y hortalizas en paredes soleadas, canteros, terrazas y balcones –lugares poco típicos para tener una huerta– y, al mismo tiempo, reutilizar algunos materiales que descartamos como basura.
Con respecto a lo que podemos cultivar, en la huerta vertical prosperan diversas verduras de hoja como lechuga, perejil y rúcula y aromáticas (tomillo, menta, orégano, salvia y melisa). Del mismo modo, se adaptan algunas especies medicinales y ornamentales y las frutillas.
Así, esta novedosa alternativa facilita la producción propia de alimentos en aquellos lugares donde la disponibilidad de suelo constituye una problemática, ya sea por su deterioro físico o por su escasa extensión. Dada la intensa actividad humana, este tipo de limitaciones suele ser muy recurrente en las ciudades.
Según los últimos datos relevados por el Prohuerta en 2013, en el Área Metropolitana de Buenos Aires existen casi 51.000 huertas familiares, alrededor de 1.000 huertas escolares y poco más de 400 huertas comunitarias. En su conjunto, estas iniciativas involucran a más de 388.000 personas que viven en el ámbito urbano, y a quienes el programa, a través del INTA, les ofrece semillas y asesoramiento sobre huerta agroecológica y autoproducción de alimentos.

