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Con ayuda del INTA, 160 familias reconstruyen sus invernaderos

Tres cooperativas que reúnen a productores hortícolas de La Plata, recibieron rollos de nylon para reparar los sistemas de cultivo bajo cubierta, destruidos meses atrás por un vendaval.

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Por Infocampo

Alrededor de 160 familias de la ciudad bonaerense de La Plata podrán volver a levantar los invernaderos donde producen hortalizas, gracias al apoyo de los ministerios de Agricultura y Desarrollo Social de la Nación (MDS), mediante el programa Prohuerta.

Nucleadas en tres agrupaciones de productores de pequeña escala –Guadalquivir, Pioneros de mi Tierra y la Cooperativa Frutihortícola Nueva Esperanza–, estas familias habían sido perjudicadas por fuertes vendavales que destruyeron sus sistemas de cultivo bajo cubierta, principal fuente de ingresos y origen de buena parte de los alimentos que se consumen en esa localidad.

“Es un grupo de productores con un trabajo inmenso en la producción hortícola”, explicó José Catalano, vicepresidente del INTA y uno de los funcionarios que participó de la entrega de los materiales. “Uno viene y se da cuenta de cómo, en una década, avanzó el rol del Estado, de cómo se comprometió y se hizo carne en las organizaciones. Y se nota no solamente en sus expresiones, sino en la producción”, afirmó el vicepresidente.

Junto a Catalano, además, estuvieron la coordinadora nacional del Programa Prohuerta –Verónica Piñero–, la directora operativa del Plan de Seguridad Alimentaria del MDS –Alicia González–, dirigentes y productores que integran la Red Padre Pichi Meisegeier.

“Hemos tenido dos años de talleres con el INTA, donde charlamos y discutimos la problemática de la agricultura familiar”, dijo Raúl Villa, presidente de la asociación Guadalquivir. “Hemos trabajado para dar un proceso de transición de una agricultura convencional en vistas a llegar a una agricultura agroecológica”, expresó. A su vez, Villa reconoció que “es muy importante la organización en el territorio, porque sino el Estado no puede saber cuántos productores hay o qué necesidades tienen”.

La agrupación Guadalquivir –que toma su nombre del río boliviano que atraviesa Tarija, origen de sus primeros miembros–, funciona el barrio El Peligro desde el año 2000 y posee más de 120 socios activos. Su secretaria, Lidia Fernández, recordó que el año pasado recibieron, a través de Prohuerta, el Sistema de Abastecimiento Móvil para llevar sus productos frescos a nuevos mercados.

“Nos convertimos en promotores de Prohuerta, impulsados por las políticas sociales de un Estado presente. Pero debemos seguir trabajando en la organización y el trabajo conjunto para lograr más y mejores objetivos”, aseguró Fernández.

De acuerdo con la productora, sus próximos objetivos apuntan a adoptar buenas prácticas y lograr un cambio sustancial en la producción: “El proyecto con el que soñamos hace muchos años y ojalá que se haga realidad, es destrabar nuestro cuello de botella: la comercialización y el valor agregado. Tenemos que ir en esa vía”.

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