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Descapitalización de nutrientes

La expansión de la soja y la reducida aplicación de fertilizantes generan balances negativos de nutrientes. Cómo la fertilización puede ser herramienta estratégica. para aumentar la rentabilidad.

La expansión de la soja y la reducida aplicación de fertilizantes generan balances negativos de nutrientes. Cómo la fertilización puede ser herramienta estratégica. para aumentar la rentabilidad.
infocampo
Por Infocampo

Un trabajo del ing. agr. Fernando García (Inpofos-Cono Sur) lo explica. En la zona centro-sur de Santa Fe, el fuerte desarrollo del cultivo de soja, sumado a los efectos de la erosión, redujo drásticamente los contenidos de MO y P disponible en los suelos (Cordone y Martínez, 2004).

La degradación y la descapitalización de nutrientes en los suelos afecta la productividad de la soja y de otros cultivos. Debe tenerse en cuenta que el aporte vía FBN en soja no siempre resulta en un balance positivo de N para el suelo. Para producir un rendimiento de 4.000 kg/ha, la soja debe absorber 320 kg/ha de N, de los cuales exporta aproximadamente 240 kg/ha. Si consideramos un aporte de 50% del N total acumulado vía fijación simbiótica, es decir 160 kg/ha de N, la extracción neta de N del suelo (suministrado por el N disponible a la siembra y/o mineralizado a partir de la fracción orgánica) sería de 80 kg/ha de N. La disminución del N del suelo implica la caída de los niveles de MO del suelo considerando que la MO es la principal reserva de este nutriente en el suelo (95-99% del N total). La reposición de N al suelo debería realizarse en otro cultivo ya que en soja pretendemos maximizar la FBN (Cordone y Martínez, 2004). La reposición de otros nutrientes puede realizarse vía fertilización, pero los niveles de aplicación actuales se encuentran bien por debajo de los de extracción.

El manejo de la fertilización del doble cultivo trigo/soja es un excelente ejemplo en cuanto a los efectos del manejo previo de la fertilidad del suelo sobre el cultivo de soja.

La soja responde muy bien a los efectos residuales de fertilizaciones en cultivos anteriores. Podemos tomar como ejemplo los promedios de soja de primera de la Red de Nutrición de los CREA sur de Santa Fe en el 2001/02 y 2004/05.

Los cinco sitios incluidos recibieron los mismos tratamientos de fertilización en las mismas parcelas desde el año 2000. Las diferencias entre tratamientos en 2001/02 fueron de 218 kg/ha y 633 kg/ha para 2001/02 y 2004/05, respectivamente. Las mayores diferencias entre tratamientos en 2004/05 que en 2001/02 indicarían que la soja estaría respondiendo a la “acumulación” de fertilidad como ya ha sido observado para trigo y maíz en esta misma red de ensayos.

La expansión de la soja y la reducida aplicación de fertilizantes generan balances negativos de nutrientes. Cómo la fertilización puede ser herramienta estratégica. para aumentar la rentabilidad.
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Un trabajo del ing. agr. Fernando García (Inpofos-Cono Sur) lo explica. En la zona centro-sur de Santa Fe, el fuerte desarrollo del cultivo de soja, sumado a los efectos de la erosión, redujo drásticamente los contenidos de MO y P disponible en los suelos (Cordone y Martínez, 2004).

La degradación y la descapitalización de nutrientes en los suelos afecta la productividad de la soja y de otros cultivos. Debe tenerse en cuenta que el aporte vía FBN en soja no siempre resulta en un balance positivo de N para el suelo. Para producir un rendimiento de 4.000 kg/ha, la soja debe absorber 320 kg/ha de N, de los cuales exporta aproximadamente 240 kg/ha. Si consideramos un aporte de 50% del N total acumulado vía fijación simbiótica, es decir 160 kg/ha de N, la extracción neta de N del suelo (suministrado por el N disponible a la siembra y/o mineralizado a partir de la fracción orgánica) sería de 80 kg/ha de N. La disminución del N del suelo implica la caída de los niveles de MO del suelo considerando que la MO es la principal reserva de este nutriente en el suelo (95-99% del N total). La reposición de N al suelo debería realizarse en otro cultivo ya que en soja pretendemos maximizar la FBN (Cordone y Martínez, 2004). La reposición de otros nutrientes puede realizarse vía fertilización, pero los niveles de aplicación actuales se encuentran bien por debajo de los de extracción.

El manejo de la fertilización del doble cultivo trigo/soja es un excelente ejemplo en cuanto a los efectos del manejo previo de la fertilidad del suelo sobre el cultivo de soja.

La soja responde muy bien a los efectos residuales de fertilizaciones en cultivos anteriores. Podemos tomar como ejemplo los promedios de soja de primera de la Red de Nutrición de los CREA sur de Santa Fe en el 2001/02 y 2004/05.

Los cinco sitios incluidos recibieron los mismos tratamientos de fertilización en las mismas parcelas desde el año 2000. Las diferencias entre tratamientos en 2001/02 fueron de 218 kg/ha y 633 kg/ha para 2001/02 y 2004/05, respectivamente. Las mayores diferencias entre tratamientos en 2004/05 que en 2001/02 indicarían que la soja estaría respondiendo a la “acumulación” de fertilidad como ya ha sido observado para trigo y maíz en esta misma red de ensayos.

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