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“El Estado debe velar para que nadie se abuse”

Infocampo entrevistó a un especialista en patentes para conocer los alcances de la ley en este tema, que se debate entre productores, funcionarios y la compañía

Infocampo entrevistó a un especialista en patentes para conocer los alcances de la ley en este tema, que se debate entre productores, funcionarios y la compañía
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Por Infocampo

Máximo Gándara es socio de la firma Gutiérrez Maxwell & Gándara, reconocida empresa dedicada a la propiedad industrial e intelectual. Infocampo lo entrevistó para conocer la interacción entre la Ley de Patentes y la soja RR.

¿Cómo fue la situación legal de la soja RR cuando ingresó en el país?

-Monsanto tenía un producto patentado muy fuerte en el mundo que era el herbicida glifosato y la empresa decide investigar la aplicación de este herbicida y hace la soja resistente. La Argentina, sin pedir nada, acepta este producto en forma irrestricta, pero por el sistema de la Ley de Patentes nacionales no existía la posibilidad de tener una protección por una semilla modificada. En su momento, la compañía pudo haber pedido una patente por el procedimiento de obtención de esta semilla, pero no lo hizo, y descargó su tecnología en el país sabiendo que la ponía bajo dominio público. El uso de esta semilla creció en forma vertiginosa, junto con la venta del herbicida sobre el cual tenía patente. Pero cuando venció e ingresó el glifosato chino y hasta Atanor lo empezó a producir, vieron disminuir su rentabilidad, que tenía un cash flow de u$s400 millones.

¿Cómo ejecutó su potestad sobre la innovación tecnológica?

-Lo que hizo fueron acuerdos particulares con los semilleros, mediante los cuales se comprometían al pago de una regalía. Pero estos acuerdos no se podían extender al productor. Entonces, ahora la empresa está buscando distintas alternativas y usa diferentes argumentos. Pero la realidad es que Monsanto hoy en la soja RR está fuera de juego. Lo que sí he notado es que existe terror por parte de los semilleros, que dicen ‘yo no me quiero pelear con Monsanto, porque tiene tecnología y herbicidas y prefiero sacrificar millones de dólares’. Esto es como una política mafiosa, de ‘no me quiero pelear con el gordo porque me va a romper el negocio’, más allá de que el gordo no tiene ningún derecho a cobrarme. Aquí tiene que haber un Estado que vele por que no haya nadie que se impongan por la fuerza. Hay que pensar que los u$s400 M son casi el presupuesto hospitalario de Buenos Aires. Si Monsanto habla en su solicitada del hambre, yo les digo que ellos quieren cobrar en regalía la salud o la seguridad de una provincia, y en forma patoteril.

¿Y la semillas fiscalizada?

-Este es otro tema, del cual yo soy un defensor. No está bien ni en la Argentina ni en ningún lugar del mundo, que un productor se quede con semilla para la siembra, porque detrás de cada semillero hay todo un trabajo, que hay que pagarlo con la sola compra de la semilla fiscalizada. Uno debe vender todo lo que cosecha y comprar para sembrar.

¿Entonces?

-Para mí el Estado debería obligar a los productores a comprar semilla fiscalizada, mediante -por ejemplo- la exigencia de entrega de los rótulos de las semillas que compró en el momento de colocar la producción. O que se le retenga un monto igual al del costo de semilla y repartirlo después entre los semilleros, de acuerdo con su porcentaje de venta. Y, por qué no, sacar un porcentaje de ahí para el INTA.

¿Monsanto, entonces, no puede tampoco retrotraer la situación ni cobrar sobre la semilla de cosecha?

-De ninguna manera, porque su tecnología está sobre la semilla de siembra, porque si no esto tendría un efecto multiplicador atroz. Si para sembrar una hectárea necesito dos bolsas de semillas de soja y me llevo 3.000 kilos, me quieren aplicar la regalía sobre estas 3 toneladas. Esto es una cosa que no cierra por ninguna parte.

¿Pero tiene derecho a cobrar en los puertos de destino, donde tiene vigencia la patente?

-Para mí, no; pero de última será una negociación entre Monsanto y los exportadores y aquí la relación de fuerza es distinta y más equitativa.

¿Se puede hablar de regalía?

-No se puede usar esta palabra porque no hay un derecho exclusivo de nadie que pueda firmar un contrato de licencia y por eso obtener una regalía. La patente es un monopolio legal y legítimo; todo lo demás es una cartelización del sistema. A mí me alarma bastante que lo quieran llamar así y no -por ejemplo- compensación por la bolsa blanca. De esta forma, estamos consintiendo un derecho y el Estado tiene que ser el primero que deje de usar esta palabra. Por esto es que Monsanto habla de regalía en su solicitada, pero éste es un término que hay que sacar de la negociación.

Por Marianela Garbini

mgarbini@infobae.com

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