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El INTI logró crear muebles resistentes al agua a partir de un adhesivo de soja

Con el objetivo de agregar valor al cultivo más importante del país, técnicos del INTI desarrollaron una formulación natural para fabricar aglomerados de madera.

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Por Infocampo

Argentina es el tercer país del mundo con mayor producción de soja, luego de Estados Unidos y Brasil. A fin de agregar valor al cultivo, especialistas del Centro de Caucho del INTI desarrollaron un adhesivo natural para fabricar aglomerados de madera con elevada resistencia a la humedad ambiente.

“Comenzamos la investigación con el propósito elaborar un producto alternativo a los adhesivos más utilizados en el mercado —a base de urea-formaldehído (UF)—, libre de elementos tóxicos. Luego de probar diferentes formulaciones detectamos que la mezcla entre proteínas de soja y una arcilla nacional (proveniente de la Patagonia) daba muy buenos resultados”, explica Alejandro Bacigalupe del INTI, que trabaja con este tema como tesis de doctorado.

El nuevo producto tiene propiedades mecánicas similares al comercial y su metodología de elaboración es sencilla, lo cual permitirá a las industrias madereras producirlo en sus propios establecimientos. Por tratarse de un producto cien por ciento orgánico, es importante realizar la formulación en el momento en que se va a utilizar.

“Lo destacable es que se elabora con materiales renovables —a diferencia del UF que es a base de petróleo—, es económico, sustentable y aporta a la madera resistencia al agua. Los resultados que hemos obtenido hasta el momento demuestran que el adhesivo previene deformaciones por la humedad”, agrega Mariano Escobar, responsable del sector Nanocompuestos Avanzados de INTI-Caucho.

El mineral fue provisto por el Centro de Tecnología de Recursos Minerales y Cerámicos (CETMIC) de la ciudad de La Plata, que previamente realizó su caracterización química. Su incorporación fue posible gracias al desarrollo de un protocolo de mezclado que permitió llevar el tamaño original de las arcillas (del orden del micrómetro) a escala de los nanómetros (es decir, 15 veces más pequeña que el diámetro de un cabello).

“El potencial de aplicación es muy grande porque para exportar mobiliario a la Comunidad Europea se exige como requisito que contenga niveles bajos de UF. También hay otros países, como Estados Unidos, que están avanzando en ese sentido”, anticipa Escobar.

El trabajo acompaña las acciones que lleva adelante el INTI, organismo que este año conmemora su 60° aniversario, para promover el desarrollo industrial a través de la innovación y la transferencia tecnológica.