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El récord de calor de agosto, otro golpe climático a la producción agrícola argentina

En esta época del año, el trigo necesita temperaturas bajas para estructurar su desarrollo. Las temperaturas con picos de 30°C en pleno invierno podrían afectar los rindes, advirtieron desde la Bolsa de Comercio de Rosario.

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Por Infocampo

En un año en que el clima ha jugado con toda su fuerza en contra de la producción agrícola argentina –sequía histórica, olas de calor récord y una helada insólita en febrero-, la campaña fina no está siendo la excepción.

En el comienzo de la campaña fina 2023/24, los factores climáticos acechan también al trigo y generan incertidumbre sobre una posible caída en los rendimientos. Las temperaturas de los últimos días -elevadas para esta parte del año- afectan al cereal, que necesita frío para impulsar su desarrollo productivo.

En la zona núcleo, el trigo podría empezar a sufrir los vaivenes de un clima que no termina de acomodarse. En esta región, el 30% del cultivo está iniciando el macollaje y el 70% restante se encuentra en pleno macollaje.

CALOR CUANDO HACE FALTA FRÍO

En esta etapa, el cultivo requiere de horas de frío para la producción de macollos, pero de acuerdo a la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), las elevadas temperaturas están impactando en la fisiología del cultivo.

La Bolsa puso como ejemplo el centro-sur santafesino, donde las altas temperaturas acelerarían las tasas de desarrollo y crecimiento del cultivo. “Si no hay un cambio de rumbo de este invierno casi veraniego, va a acortarse el periodo de macollaje”, advirtieron.

PRONOSTICOS COMPLEJOS

De cumplirse estos pronósticos, el impacto en los números productivos será directo. Este desfasaje en el clima puede afectar el número de espiguillas por metro cuadrado y el rinde, si cae el número de macollos.

El otro problema, sobre todos en las áreas en donde el pasado mes de julio dejó más de 30 milímetros de lluvias, es la posibilidad de aparición de enfermedades fúngicas. Los técnicos de la BCR ya reportaron algunos casos de roya anaranjada.

“Puede convertirse en un dolor de cabeza, en variedades susceptibles va a ser difícil no tener que hacer tres aplicaciones de control como mínimo”, remarcaron.

La entidad relevó un escenario que comienza a preocupar a los productores, con situaciones que oscilan desde la disminución del 50% de la producción de macollos, aceleración del macollaje, adelantamiento de la encañazón y aparición de hongos.

UN  JULIO ATÍPICO

En el transcurso del mes pasado, las temperaturas máximas mostraron una evolución atípica, con registros muy altos para la época del año. “Hubo 3 picos de casi 30 grados, duplicando así la media mensual para la región que ronda los 15 grados”, afirmaron.

Para la BCR, no se trató de un evento aislado: las máximas se sostuvieron de cuatro a seis días. De este modo, identificaron hasta tres ciclos dentro del mes con un comportamiento similar.

Como ejemplo de máximas, detallaron que en Junín, Rosario y Hernando, durante julio se registraron picos de 25, 28 y 29 grados respectivamente, entre 10 y 14°C por encima de los registros normales  históricos.

BCR

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