“Entre 2004 y 2013, el consumo de bebidas alcohólicas aumentó 20,5 por ciento. En 2014, la caída del poder adquisitivo golpeó. Pero aun considerando eso, en la última década se acumula una suba del 18,7 por ciento”, dice un informe de abeceb.com publicado en Clarín.com.
El año pasado, revela la consultora, los argentinos tomaron 469 millones de litros más que una década antes. Se pasó de 66,6 a casi 71 litros anuales por persona. Un número importante, si se considera que acá el consumo per cápita de gaseosas es de 100 litros por año, uno de los mayores del mundo. Con lo cual, la gente toma dos vasos de alcohol cada tres de gaseosas.
Esta “década tomada” tuvo a la cerveza, que ya era la bebida líder, como gran ganadora. En cantidades, su consumo se disparó 39,4 por ciento: casi 9 litros anuales más por habitante, según abeceb.com. Mientras que el vino –su principal competidor, segundo en el ránking– se alejó al perder 10,6por ciento de sus ventas. Ahora, cada argentino toma en promedio 44,5 litros anuales de cerveza, frente a sólo 23,7 de vino.
“Desde los 90 la cerveza se impuso como la bebida favorita. Al tener menos alcohol y proponer un disfrute más controlado, se volvió muy elegida para reuniones con amigos y familia. La gente también se fue sofisticando y las marcas acompañaron con una creciente oferta de especialidades. Todo eso permitió un fuerte crecimiento”, analiza Juan Pablo Barrale, gerente de Asuntos Corporativos de CCU Argentina, la firma detrás de Schneider, Heineken y Budweiser.

