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Entrevista a Rubén Miranda

El responsable del programa de mejoramiento de trigo de ACA da su visión sobre la evolución de la genética en trigo, los desafíos actuales y futuros.

El responsable del programa de mejoramiento de trigo de ACA da su visión sobre la evolución de la genética en trigo, los desafíos actuales y futuros.
infocampo
Por Infocampo

Rubén Miranda es un ingeniero agrónomo egresado de la Universidad Nacional del Sur, que en los años 70 inició el criadero de trigo de la Asociación de Cooperativas Argentinas. Lo instaló en Cabildo, a 30 km de Bahía Blanca, de la mano de un dinamarqués que trabajaba desde la década del 20, en la Argentina, en mejoramiento de este cereal: Hans Olsen.

Con treinta años de experiencia laboral creando variedades de trigo, Miranda recibió a Infocampo en el criadero de Cabildo, para conversar sobre la evolución de la mejora genética de este cultivo.

-¿Qué cambió en estos últimos diez años en mejoramiento de trigo?

-Se avanzó en el desarrollo de herramientas para el fitomejorador, porque los objetivos siguen siendo los mismos: rendimiento, calidad y sanidad.

-Hay quienes sostienen que se pasó de una genética “defensiva”, pensada en usar pocos insumos, a una más “agresiva”, que prioriza el rinde.

-En líneas generales estamos de acuerdo con eso. La duda es que ese criterio no es aplicable a la totalidad del área cultivada con trigo en la Argentina. Insisto en que el rinde es prioridad, pero la resistencia a enfermedades es una preocupación para nosotros. En algunos paquetes tecnológicos, el fungicida está incluido en el costo, pero hay un área importante del país donde el rinde está por debajo de los 3.000 kg/ha, porque el ambiente es limitante. Entonces, en esas áreas, incluir el fungicida en el paquete tecnológico, todos los años, es caro para el productor.

-¿Cómo es el enfoque del mejoramiento, considerando el doble cultivo con la soja?

-Para más del 50% del área triguera, el cereal es de segunda importancia. Se lo hace por rotación, aporte de rastrojos y liquidez financiera. Pero el doble cultivo está sostenido por la soja. La pregunta es ¿alcanza el régimen pluviométrico para hacer dos cosechas, para sacar 3.500 kg de trigo y otro tanto de soja? Hay veces que sí, pero hay otras situaciones donde es como una frazada corta: si nos queremos tapar la cabeza, descubrimos los pies.

-Pero, ¿qué respuesta se les da desde el mejoramiento?

-El desafío nuestro es tener variedades que sin resignar rendimiento acorten su periodo vegetativo o maduren más rápido, con vistas a adelantar la cosecha. Y eso, sin arriesgarse, como algunos productores lo están haciendo, a adelantar la fecha de siembra y sufrir una helada en floración. Lo ideal es que la floración caiga en la ventana del periodo libre de heladas, pero que de ahí en adelante, sea más rápido sin afectar rinde. Alguien dijo hace poco que tendríamos que obtener un trigo como la cebada.

-¿Y se puede?

-Es difícil de lograr sin afectar rendimiento.

-Algunos mejoradores despegan lo que son introducciones respecto de las variedades surgidas del trabajo de mejoramiento local. ¿Cómo ves la convivencia entre ambos tipos de variedades?

-En el mejoramiento de cualquier especie, la introducción es la primera etapa. Acá en el país se usó entre 1910 y 1930, introducciones desde los EE.UU, Italia y otras regiones. Sin ir más lejos, en esta zona semiárida, la variedad Kanred, palabra que proviene de Kansas y Red, un trigo de invierno, tuvo un área importante. Era la época en las que había más ovejas y se podía pastorear. Hoy sigue siendo una herramienta interesante, lo que sucede es que posiblemente lo que decía algún mejorador es que como empresa estás un poco atado o indefenso a las introducciones y posible adaptación. Si traés material de otra latitud vas a tener que introducir miles de líneas homocigóticas para encontrar que un porcentaje pequeño de ellas se pueda adaptar a nuestras condiciones de cultivo. A nosotros nos pasa con muchas introducciones, del ACA 303, del 304. El hecho de llegar al mercado a posicionarte con lo que tenemos hoy, que estamos siendo reconocidos, tenemos que ser cuidados porque estamos expuestos. Ahora, cualquier cosa nueva, el agricultor tiene que decir, “qué interesante”. Sería un paso atrás lanzar algo que no esté a nivel del mercado.

-¿Cómo evalúa la cantidad de variedades que salen al mercado?

-Este año entran a la red de ensayos oficiales 60 materiales, lo que constituye una oferta importantísima. Yo les digo a los agricultores que tienen que estar más que satisfechos porque es más de lo que pueden aprovechar, realmente, ya que no alcanzan a conocerlas. De esas 60, se deben estar sembrando unas 15 y solamente 6 o 7 con una superficie importante. ¿Es eso útil? Diría que sí, porque los riesgos se diversifican. Es difícil que un solo evento climático haga un daño importante a la producción argentina. Desde ese punto de vista solamente, se justifica el número de variedades. Lo que se puede agregar es que las empresas lanzamos variedades en forma muy ligada a la no percepción de regalías o por lo menos a las regalías que pensamos que deberíamos recibir. Eso nos lleva a las empresas a pensar en crear la necesidad de vender un nuevo material porque de esa manera generamos ingresos.

-Siempre se dice que en países como Canadá es mucho más difícil lanzar una variedad, porque tiene que pasar por filtros de los productores y demostrar que es un aporte diferencial.

-Incluso hay que demostrar que el grano es fenotípicamente, visualmente, distinto a lo que ya hay, lo cual no es sencillo.

-¿Y qué opinión le merece?

-Eso forma parte de lo que es el mercado canadiense. Yo pongo siempre como contrapartida, el mercado canadiense, totalmente controlado desde el gobierno, y el estadounidense. Son totalmente opuestos pero el resultado final es el mismo: ambos producen trigos de todas las calidades y ambos lo segregan para ofrecerlos en el mercado internacional. En los EE.UU. vos presentás una variedad, la registrás, se lanza y los productores la usan. No hay un contralor previo al lanzamiento, como en Canadá. Pero el resultado es el mismo. Yo no estoy seguro de la conveniencia de uno u otro. Los canadienses son muy cuidadosos con su sistema de calidad que les está permitiendo obtener valores de más de 200 dólares por tonelada.

-¿Y Australia?

-Está pasando de un contralor estatal a otro con mayor injerencia privada, al menos en la comercialización. Hace unos años, nos visitó un experto de las cooperativas australianas para ver cómo había sido nuestro caso. Pero sea el sistema que sea, ellos apuntan a hacer separaciones de los trigos, aún considerando que se trata de un commodity. He visto fotos, donde en los silos se ve para qué mercado está destinada esa mercadería: China, Japón, Corea, etcétera.

-¿Cuáles son las herramientas que llegaron para el mejorador?

-Dos, básicamente: los marcadores moleculares y los doble haploides. Esto último significa poder pasar de un individuo heterocigoto, una F2 o F3, a una línea pura, es decir un individuo homocigoto, en una sola campaña. Permite saltear varias generaciones.

-¿Qué se está haciendo para resistencia a fusarium?

-Se está introduciendo un tipo de resistencia, que impide el avance del patógeno en la espiguilla. Proviene de materiales chinos conocidos como Sumai 3.

-¿Se puede direccionar el componente de rendimiento hacia el cual enfocar el mejoramiento?

-Es difícil de responder. Los componentes del rinde son tres, pero que se reducen a dos, básicamente: número de granos por metro y peso de granos. El primero lo dan el número de espigas fértiles y el número de granos por espiga. Ahora son variables que la planta de trigo compensa mucho. Con cualquier idiotipo, muchas espigas de tamaño chico o pocas espigas de tamaño grande podés llegar al mismo resultado. Para mí no tiene sentido buscar exclusivamente un idiotipo.

-Se decía que los Baguette explicaban su alto rinde porque tenían tres o cuatro granos por espiguilla.

-Pero el resultado es similar. Otras variedades lo pueden lograr con menos granos por espiga pero más espigas por metro cuadrado.

-Pero parece que los Baguette quedaron despegados del resto en cuanto a rinde.

-La introducción del tipo francés significó un salto importante. Por lo que los fisiólogos nos dicen, un aspecto importante de los trigos europeos es que tienen un periodo de llenado más largo que las variedades nuestras y que eso le permite expresar mejor algunas componentes del rinde. Ahora, cuando lo sacás de ambiente y el periodo se le acorta, sus rindes no son destacados.

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