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Fertilización de Alfalfa

Sencillamente, se equivoca fiero quién no planifica adecuadamente la fertilización de un cultivo del que se espera tanto.

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Por Infocampo

Nos encontramos en un momento de revalorización ganadera y con ella una expansión del área de siembra de alfalfa y pasturas. En este otoño muchos productores decidirán sembrarlas; técnicos y empresas se empeñan en suministrar información, insumos y equipos para responder a la demanda de los ganaderos.

Sin embargo hay un ingrediente que falta, tanto en la demanda de los productores como en la oferta de técnicos y empresas: como y porqué “darle de comer” a la alfalfa.

Poderosas razones permiten entender el atraso histórico que implica dejar afuera de la fertilización a las alfalfas y a las pasturas, y no este el medio ni el momento de analizarlas; diremos sencillamente que se equivoca fiero quién no planifica adecuadamente la fertilización de un cultivo del que se espera tanto.

Numerosos ensayos a lo largo y ancho de la Región Pampeana Norte muestran la fundamental importancia de aplicar fósforo (P), azufre (S) y magnesio (Mg) en cantidad suficiente y en formas químicas específicas para abastecer los dos primeros años del cultivo; otros ensayos indican la conveniencia de aplicar calcio (Ca)  para corregir la acidez del suelo. También se dispone de métodos de monitoreo de la alfalfa o de la pastura para decidir la refertilización luego del segundo otoño de implantada.

Nuestras experiencias en el Centro Sur de Santa Fe indican que a la implantación de alfalfa, además de la inoculación, deben aplicarse alrededor de 35 kg de P, 30 kg de S y 24 kg de Mg por ha (equivalentes a 150 kg de MAP + 150 kg de sulfato de magnesio) de los cuales unos 35 kg de MAP en la línea y el resto en mezcla incorporado entre líneas.

El tratamiento “completo” (P+S+Mg) más que duplica la producción del tratamiento no fertilizado y significa 20.000 kg de materia seca (MS) por ha adicionales en 2-3 años. En la mayoría de nuestros ensayos, realizados sobre lotes con larga historia agrícola, ocurre que al tercer año el Testigo no fertilizado se queda tan corto de plantas que no tiene sentido continuar midiendo el incremento del “completo” porque el Testigo no existe. En nuestras condiciones, sembrar alfalfa sin fuerte fertilización es tirar la plata.

Resumiendo, la fertilización de alfalfa a la implantación alarga el aprovechamiento de la pastura y produce mucho más forraje durante ese período. El costo del kg de MS adicional, producida por la aplicación del fertilizante raramente alcanza a 1 centavo de dólar.

Otro aspecto clave para mantener la productividad y longevidad de la pastura es el monitoreo para prevención y control de malezas, plagas y enfermedades. Finalmente, la obtención del producto animal correspondiente a la actividad elegida (leche, ternero o invernada) dependerá de la eficiencia de aprovechamiento de esa mayor producción, como se maneja el corte o el pastoreo, etc.

*Especialista INTA Casilda

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