Es mi intención compartir con los lectores del semanario los efectos colaterales que distintos miembros de la cadena agroalimentaria están sufriendo como consecuencia de la onda expansiva de medidas arbitradas para el sector oficial en los últimos tiempos.
Intentaré transmitir algunas experiencias y reflexiones procurando no caer en la tentación de ubicarme en el lugar común de queja o crítica y a través de una mirada abarcativa hacer más inteligible el problema. Veremos a través del siguiente ejemplo tomado de la realidad cómo en un país que hace tantos esfuerzos para crecer, a veces por querer proteger a un sector (lo cual sin duda está muy bien), se generan distorsiones en los otros.
Condiciones adversas para el maíz en esta campaña determinaron desprendimientos prematuros de las espigas antes de cumplir el ciclo biológico, lo cual genera importantes pérdidas. Por este motivo el productor evaluó la posibilidad de anticipar la cosecha gracias a que algunos feedloteros aceptarían comprar el maíz con una humedad superior a la tolerada por cualquier acopio. A su vez, el trillador se vería beneficiado ya que, pudiendo cosechar antes el maíz, podría luego continuar con la soja primavera.
Por otro lado, el productor, anticipando la cosecha, tendría mayor disponibilidad de fletes a $ 35 la tonelada, cuando en plena campaña se estima que superará los $ 50.
Es importante destacar que a fin de mejorar la eficiencia, el trillador había comprado un maicero nuevo y uno de los feedloteros alentado por la expectativa de la exportación de hacienda pensaba materializar la compra de un mixer.
Sin embargo, las restricciones a la faena, las retenciones, los focos de aftosa detectados y, por último, la prohibición de las exportaciones de carne, conformaron una bomba explosiva que cambió radicalmente las reglas previas derrumbando los planes diagramados.
Lo que está en juego no es sólo la pérdida de rentabilidad o la razonable necesidad de restar ganancias para beneficiar al mercado interno, sino que de tanto ir de coyuntura en coyuntura, nos agotamos en medidas que generan desequilibrios en toda la cadena alimentaria.
María Cristina Torres
Especial para Infocampo
Productora agropecuaria en Salto (Bs. As.)
