El mercado ganadero de Rosario (Rosgan) elabora cada semana un informe de coyuntura titulado “Lote de noticias” en el que analiza indicadores de la cadena cárnica argentina.
Durante 2024, fueron varias las ocasiones en las que alertó sobre que permanecía alta la faena de hembras, y por ende la pérdida de vientres productivos, y en el inicio del nuevo año, un análisis final de lo ocurrido en el ejercicio anterior confirma que el problema persiste.
“En un año en que las proyecciones iniciales apuntaban a la retención de hacienda y la recuperación del stock, un nuevo revés climático, frente a un contexto de fuerte presión en los costos y precios retrasados, terminó por neutralizar esas expectativas, dejando como saldo un nuevo año sin recuperación de vientres”, señala el Rosgan en su reporte semanal.
LA FAENA DE HEMBRAS COMPROMETE LA “FÁBRICA” DE TERNEROS
Si bien aún no se conocieron con las cifras oficiales de faena efectiva registrada por las plantas a fin de diciembre, el Rosgan utilizó los movimientos de hacienda a establecimientos frigoríficos, difundidos por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), como un indicador al respecto.
De acuerdo con estas estadísticas, el año pasado se movilizaron desde campos y feedlots hacia plantas de faena unos 13,9 millones de animales, de los cuales 2,63 millones fueron vacas y unos 4 millones vaquillones.
Pese al repunte de los últimos meses, la faena bovina cerró 2024 con una leve caída interanual
“Una cifra que no presenta disminución alguna respecto al pico de faena alcanzando en 2023 como consecuencia de la sequía”, precisa el mercado rosarino.
En concreto, esto significa que cerca del 48% de la faena total (6,64 millones de cabezas) habrían sido hembras, lo que representa un nivel muy proclive a la liquidación, considerando que en 2023 -pleno año de seca- ese porcentaje fue del 48,1% y el stock de hembras perdió unos 900 mil vientres.
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— Rosgan (@rosgan_bcr) January 7, 2025
De esta manera, en números absolutos, al descontar la cantidad de vacas y vaquillonas faenadas durante el año, y asumiendo una reposición y mortandad de moderada a baja en ambas categorías, la estimación de cifras finales del 2024 arroja una nueva caída en número total de vientres útiles, que podría situarse entre los 500 mil y 800 mil vientres menos que los contados un año atrás.
“Lo que alerta es la cantidad de hembras faenadas, en especial las hembras jóvenes que, en otro contexto, podrían estar abasteciendo la reposición”, resume el Rosgan.
De este modo, el stock de hembras al cierre de 2024 se estaría ubicando en la menor cifra en 12 años, conforme los datos de Senasa.
Bajo este panorama, si bien el número general de stock ganadero probablemente termine manteniéndose sin cambios al final del ciclo que acaba de concluir, producto de una mejora esperada en los porcentajes de parición y destete, “el hecho de no recuperar vientres productivos es lo que, en definitiva, genera mayor exposición ante aquellas variables que se encuentran fuera de nuestro control, como, por ejemplo, el clima”, advierte el informe.
Y cierra: “Una cantidad de vientres en producción que aún no logra consolidarse no solo nos deja vulnerables frente a adversidades climáticas que puedan comprometer la eficiencia reproductiva del rodeo, sino que, a su vez, restringe significativamente el potencial de crecimiento y expansión durante años más benignos”.
