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Los suelos pampeanos no gozan de buena salud

Así lo aseguró un científico de Conicet. La buena noticia es que se puede revertir. Aapresid sale a capacitar para eso.

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Por Infocampo

En los últimos años, la región pampeana ha tenido una baja intensidad de cultivos comandado por un solo cultivo por año (soja) y una baja participación de gramíneas como el maíz, trigo y sorgo. A esto se le suma el avance de la frontera agrícola en ambientes frágiles y la disminución de superficie ocupada por pasturas perennes. 

Las consecuencias que se observan son grandes cambios en el estado de salud física, química y biológica de los suelos, afirmaron desde Aaparesid (Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa).

La observación, corresponde al Ing. Guillermo Peralta (Conicet), quien interpreta que estas variables han estado relacionadas con las faltas de políticas agropecuarias acertadas y la imposibilidad de incorporar otros cultivos, como el trigo, que han sido castigados en su economía, durante los últimos años.

El analista, prevé que de a poco se van a ir recuperando las propiedades del suelo, y reconoce que la capacidad de reversión de lo degradado -sobre la región núcleo central-, podría equilibrarse en no más de 5 campañas.
Asimismo, destaca que el cultivo de soja ha ido enmascarando los procesos de degradación física, sobre todo si se tiene en cuenta que en un promedio de 15 años no ha habido un impacto en los rendimientos.

“Ahora, si uno mira los lotes con detenimiento, si analiza sus tendencias, no es difícil comprobar una variabilidad bien notoria, en las situaciones más degradadas”, remarcó Peralta, agregando que en años más secos es fácil comprobar una menor entrada de agua en estos suelos; y en los muy lluviosos son comprobables las situaciones de anegamientos prolongados, perdidas de stands de plantas, nutrientes y otros efectos directos.

Cómo diagnosticar el estado del suelo

Realizar un diagnóstico de la salud del suelo es fundamental para entender el impacto que generan los sistemas de producción simplificados actuales. 

El productor, debe saber que los controles son muy simples. En principio es necesario analizar el horizonte superficial de suelo y ver su estructura.

“Los signos de degradación, comienzan con la presencia de estructuras laminares, que simulan mil hojas o lajas en los primeros centímetros; y son responsables de dificultar en movimiento de agua, en sentido vertical”, dijo el científico.

Otro factor, son las estructuras masivas como bloques o terrones de 10 o 15 centímetros de diámetro, que al extraerlos con una pala, muestran un muy bajo nivel de porosidad y reflejan un estructura compacta, densa y de mucho peso.

Peralta, considera que los pasos van más allá de la implementación de medidas correctivas. “Hay que prestar mucha atención a la prevención. Hacer un monitoreo correcto de los suelos, para evitar la formación de estas estructuras que perjudican la salud del suelo”.

También señala como importante analizar el tránsito de maquinaria agrícola, de cosecha, las condiciones de humedad y prestar mucha atención a los neumáticos de cada implemento.

“El contratista debe saber que los procesos de compactación por maquinaria, son muy perjudiciales” dice.

Por otra parte, el productor debe considerar como vital el aprovechamiento de las rotaciones, la intensificación con gramíneas, cultivos de cobertura, para evitar la formación de densificaciones.

“Es imprescindible entender que la salud física de los suelos, está muy relacionada a la salud química. Acá, juegan los criterios de fertilización de mediano y largo plazo, que permitan ir recuperando los niveles nutricionales y generar una mayor actividad biológica, de raíces y cobertura”.   

Aapresid pone foco en el suelo

Con el objetivo de generar conocimiento local que impacten positivamente Aapresid realizará una serie de jornadas de capacitación con énfasis en las prácticas de producción sustentables y el cuidado del suelo. 

Serán encuentros donde confluyen todos los programas que la institución lleva adelante y que mantendrán la esencia de su consagrado congreso anual, pero que pondrán foco a problemáticas zonales y tendrán un fuerte carácter práctico. Se  realizarán en tres zonas del país, Rawson (provincia de Bs.As), Bandera (Santiago del Estero) y Justiniano Posse (Córdoba) donde funcionan chacras experimentales de la Institución. Los programas Sistema Chacras, Rem, Prospectiva, Regionales y Agricultura Certificada, serán eje en el planteamiento de cada tema. 

Allí, se hablará de fertilidad y conservación de suelos, problemática de napas, calidad de aplicaciones, manejo de malezas y certificación, entre otros temas. 

Antes del cierre de cada jornada los asistentes tendrán la posibilidad de interactuar con las empresas de tecnología (semillas, fertilizantes, fitosanitarios, servicios y maquinaria agrícola) para conversar con los técnicos allí presentes y probar sus productos.

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