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Maíz: si no se siembra, la soja no lo compensará

El área de siembra de maíz en la Argentina durante 2005/06 sería de 2,95 M/ha, según estimaciones preliminares de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. Se trata de una cifra 8% inferior a la registrada en el ciclo anterior (3,20 M/ha).

El área de siembra de maíz en la Argentina durante 2005/06 sería de 2,95 M/ha, según estimaciones preliminares de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. Se trata de una cifra 8% inferior a la registrada en el ciclo anterior (3,20 M/ha).
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Por Infocampo

Sin embargo, esta proyección podría ser demasiado optimista. Los principales operadores agrícolas argentinos van a disminuir de manera muy significativa la superficie del cereal en la presente campaña (y en algunos casos, incluso, en campo propio).

Como contrapartida, la soja va a registrar un avance espectacular en el ciclo 2005/06. Pero, ¿y la rotación? “Si se vienen haciendo las cosas bien y en un año no se respeta la rotación, no le pasa nada a los campos; además, sin sustentabilidad económica no hay sustentabilidad agronómica posible”, es la respuesta que suele escucharse.

Los grandes operadores y empresarios agrícolas tienen margen de maniobra. Pero no es el caso de muchos integrantes de la cadena del maíz cuyos ingresos están atados a la suerte del cereal. Los contratistas de siembra no van a poder recuperar con la soja el terreno dejado por el maíz, dado que ambos cultivos se siembran en fechas diferentes y las leyes de la física impiden poder estar en dos lugares diferentes al mismo tiempo.

El jugo del negocio de casi todas las agronomías regionales reside en la venta de semillas de maíz y de fertilizantes. El dato es que la demanda de ambos productos cayó este año de manera dramática y con ella los ingresos de los comerciantes dedicados a la venta de estos agroinsumos.

El maíz, una vez cosechado, requiere por lo general un flete corto para ser acondicionado. En cambio, buena parte de la soja va directamente la bolsa. Esto implica que muchos transportistas van a recibir un ingreso menor en la presente campaña.

En tanto, los contratistas de cosecha -y especialmente aquellos que invirtieron en equipos maiceros- tendrán grandes dificultades para amortizar su patrimonio durante la cosecha del cereal (marzo/abril de 2006). Y en mayo/junio se encontrarán con el infierno logístico de la recolección de la soja; infierno que no será gratuito, sino que seguramente será el germen de muchas ineficiencias por el apuro de saltar de un campo al siguiente.

Todo esto hará que muchas comunidades agrícolas argentinas experimenten una reducción de la actividad económica durante el presente ciclo agrícola. Y esto aún suponiendo que los valores de la soja a cosecha serán lo suficientemente buenos como para lograr una adecuada rentabilidad.

El costo de implantación de un planteo base de soja de primera en siembra directa ronda hoy los 100-110 u$s/ha, mientras que el costo de ese mismo planteo con una fertilización de 80 kg/ha de fosfato monoamónico es de unos 140-145 u$s/ha. En cambio, el costo de implantación de un planteo estándar de maíz comercial en ningún caso es menor a los 200 u$s/ha. Y en los lotes de alto potencial, que requieren un buen paquete de fertilización, puede superar los 300 u$s/ha. Las diferencias entre ambos cultivos son muy significativas.

Ezequiel Tambornini

Especial para Infocampo

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