Según las estadísticas del Banco Central de la República Argentina, el billete de $100 equivale hoy al 55% del total de circulantes. Cuando Néstor Kirchner asumió la presidencia en 2003, los moneda con la cara de Julio A. Roca en poder del público y de los bancos equivalía al 28,6% del total de unidades monetarias en circulación.
Los datos reflejan que en mayo de 2003 había en poder del público unos 150 millones de billetes de color violeta, y a partir de allí, nunca bajó del podio entre los de mayor crecimiento. Incluso fue dos veces el que más aumentó: 2004 y 2007.
Precisamente el año 2004 fue uno en los que mayor crecimiento tuvo el billete de $100. El total de billetes de pesos creció 34,6% entre mayo de 2003 y noviembre de 2004, y la estrella fue “el violeta”, con el 68,6 por ciento. La explicación está dada por el rescate de las cuasimonedas que estaban en circulación desde 2001, y que fueron “rescatadas” por el Central.
En el 2005, cuando Néstor Kirchner enfrentó las primeras elecciones de su gestión, el total de unidades aumentó menos, y el que más creció fue el de $50, con el 54,9%; seguido por el de $ 5, con 44%, y tercero el de cien, con el 33,1 por ciento. Al año siguiente, ya sin elecciones, el número total creció sólo el 15,2%, liderado por el de $2, con el 31,4%, y seguido por el de 100, con 24,7 por ciento.
En 2007, con la candidatura de Cristina Kirchner a la presidencia, el billete de 100 volvió a ser la estrella: creció el 38%, mientras que el número total de billetes lo hizo en un 24,5 por ciento. Ya en 2008, año de la disputa con el campo y del freno en la economía argentina por la crisis mundial, se produjo el menor crecimiento de la masa monetaria de todo el kirchenrismo, con sólo el 8,9%. En 2009 fue el 13,7% y se pasó del 26% en los dos años siguientes.
La contracara del billete de 100 es el de $20, que suma apenas el 3% del total del circulante, contra el 9% que representaba en mayo de 2003.
Si bien es verdad que parte de la emisión apunta a reemplazar los billetes en mal estado, no es menos cierto que el crecimiento de la masa monetaria en la Argentina habla, por un lado, de una fuerte expansión económica, donde se hace necesaria mayor cantidad de medios de pago. Pero por el otro, una alta inflación, que lleva a reducir el valor real de cada billete, y los de mayor denominación son cada vez más requeridos.
