“Creíamos que éramos un país condenado al éxito, y adoptamos una posición soberbia. El sector agropecuario andaba muy bien, y decidimos sacar recursos del campo para subsidiar a otros sectores industriales poco productivos”.
La frase pertenece a Carl Worker, embajador de Nueva Zelanda en la Argentina, y evidencia un notable paralelismo con nuestro país. Sólo que por los pagos de Worker la historia tuvo un final distinto: “a partir de 1984 nos dimos cuenta de que dependíamos del agro, el único sector en el que sabíamos hacer muy bien las cosas. Entonces nos concentramos en él y comenzamos a dar valor a nuestras exportaciones, para no depender de los commodities”. Hoy, Nueva Zelanda tiene el cuarto stock ovino más grande del mundo (45 M de cabezas), y su producción lanera representa cerca del 30% de la producción mundial.
También tiene 3,5 M de vacas lecheras.
La industria láctea es la principal exportadora del país, con 10% del total. Básicamente exportan leche en polvo, queso y manteca; sólo el 2,5% de la leche fluida se destina al exterior. Es que conceptos como “valor agregado” o “marca país” no son mera retórica, sino que se expresan de manera contundente. Fronterra Group, la cooperativa de 13.000 productores que monopoliza las exportaciones lácteas, tiene presencia en 120 países y realiza en forma permanente acuerdos, y negociaciones con gobiernos y con multinacionales para asegurar un flujo constante de productos hacia los mercados externos. Lo mismo ocurre con Meat and Wool New Zealand, que se encarga de promover las exportaciones laneras y cárnicas. En los años 80, un gobierno de centro-izquierda llevó a cabo el desmantelamiento de los subsidios al sector agropecuario neocelandés, con lo cual los productores debieron ganar eficiencia a pasos agigantados.
La alta competitividad alcanzada fue una clave del éxito en los años posteriores. Fue así como un país diez veces más chico que la Argentina en territorio y población (con sólo 4 M de habitantes) logró consolidar un ritmo anual de exportaciones en torno a los U$S 20.000 M.
Ciervos
Menos conocido es el rol de Nueva Zelanda como primer exportador mundial de ciervos.
Poseen un stock de 2 M de cabezas (la mitad de los ejemplares mundiales en cautiverio). Cerca de 5.000 productores elaboran y exportan la carne -una exquisitez bien cotizada en toda Europa y Estados Unidos-, el cuero, las vísceras y el velvet.
En mucha menor medida, también se crían y exportan cabras, avestruces y hasta lana y carne de llamas.
Sebastián Masana | Especial para Infocampo
