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Ofrecen huevos con sabor a trufa negra, queso azul, ajo y jamón “completamente naturales”

“Koroko”, una empresa europea, aprovecha la porosidad de la cáscara para ofrecer huevos con gustos particulares. Una receta de su madre que ahora hace furor en los principales mercados de España. Los detalles.

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Por Infocampo

El fundador de Koroko, Cayetano Belso, inició una startup para romper con lo convencional y creó este producto a raíz de una receta que aprendió de su madre.

Su empresa es la primera que ofrece huevos con sabor a trufa negra, queso azul, ajo y jamón. La técnica, que Belso asegura que es “completamente natural”, se basa en la absorción de los aromas por el huevo aprovechando la porosidad de la cáscara.

Koroko surgió en Lanzadera, la aceleradora del empresario Juan Roig, dueño de Mercadona, y lleva poco más de un año en marcha. Indicaron que empezó vendiendo a restaurantes y en el Mercado Central de Valencia. En enero puso un pie en la gran distribución: entró en los Carrefour de Madrid, Valladolid, Barcelona y Girona y en los supermercados Más y Más.

Belso se niega a revelar su facturación, pero indica que en el primer año vendieron 200.000 huevos (según el Registro Mercantil, las ventas de 2017 fueron de 34.200 euros). Gracias a los ingresos, la startup acaba de realizar una inversión que le permitirá elevar la producción hasta los 6.000 huevos por hora. “Hemos comprado maquinaria para tener recorrido a largo plazo”, afirma.

Los huevos de Koroko son camperos y se venden a 1,70 euros el par. Para tener una idea, media docena de huevos camperos tradicionales en un supermercado cuestan aproximadamente 1,30 euros. “Los nuestros son más caros porque tienen una elaboración. Comprar 100 gramos de garbanzos te costaría céntimos, pero por el humus pagas más por el valor añadido que trae el producto. Con nuestros huevos pasa lo mismo”.

La empresa tiene tres empleados, incluido el dueño, y se beneficia exclusivamente del apoyo que le presta en materia de contabilidad, I+D y otras áreas KM Zero, la aceleradora del Grupo Martínez, proveedor cárnico de Mercadona, en cuyas instalaciones de Aldaia, Valencia, está alojada.

Por ultimo, informaron que la idea de este negocio fue su proyecto final de carrera y la idea la tomó de los huevos trufados que su madre hacía en casa cuando combinaba ambos ingredientes en un envase plástico y los dejaba reposar en la nevera unos cuantos días.

“En España hay algunas empresas que hacen huevos trufados de forma artesanal, pero no tienen nada que ver con nuestra manera de hacerlos ni con nuestra escala, y tampoco crean este producto con otros sabores”, concluyó.