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Producción ganadera en siembra directa

Con pautas de manejo sencillas y bien aplicadas se puede mejorar la producción de pastura en zonas con algunas dificultades.

Con pautas de manejo sencillas y bien aplicadas se puede mejorar la producción de pastura en zonas con algunas dificultades.
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Por Infocampo

La producción ganadera en siembra directa ha demostrado que, aun en suelos con severas limitantes por las características físico-químicas, hace posible levantar los pisos de producción estimados con paradigmas anteriores de bajos niveles de insumos y con labranzas en otros casos.

Con pautas de manejo sencillas, pero correctamente aplicadas, se puede mejorar sustancialmente la producción de bajos anegables, montes degradados, espartillare.

Miguel Ángel Álvarez, referente ganadero y presidente del Grupo Regional Aapresid de Linclon, detalla que en el caso de pajonales y espartillos es muy importante , en primer lugar, quemar la masa vegetal vieja para permitir el rebrote tierno de la planta, pudiendo de esta forma tener una buena traslocación del herbicida y permitir la entrada de luz al suelo. Ésta quema debe ser considerada únicamente para eliminar el exceso de material vegetal muerto y una vez concluida no realizarse más. Una vez quemado y rebrotado el espartillar, se debe mantener el pasto corto con altas cargas hasta el momento de la primera pulverización (generalmente aérea), con una dosis importante de glifosato, para reducir a la mínima expresión el rebrote posterior.  Se deja transcurrir un período de no menos de 45-60 días para permitir la descomposición de las malezas, rebrote de las sobrevivientes, nacimiento del banco de semillas del suelo y acumulación de agua y nutrientes.

Depués hay que hacer la segunda pulverización que, por lo general, requiere una dosis menor de herbicida, teniendo en cuenta que debe ser la adecuada para asegurar el control total de las malezas presentes.

Es recomendable que la segunda aplicación se realice luego de una lluvia copiosa, pudiendo sembrar por detrás al voleo (en forma aérea o con tractor y fertilizadora) con el objetivo de colocar la semilla en contacto con el suelo húmedo.

Es de suma importancia la correcta elección de la especie a sembrar, para que se adapte a cada situación en particular. En suelos salinos, el melilotus es una de las pocas especies que tiene posibilidades de prosperar, en densidades que van de 10 a 20 kg/ha. Si el  lote cuenta con algunas lomitas no salinas, se podría agregar 5-15 kg/ha de rye grass anual, y 1-2 kg/ha de trébol blanco. Para la zona norte, además del melilotus, podemos mencionar la grama rhodes (5M de gérmenes/ha, indispensable que sea peleteada), y grama Brasil. Una vez implantadas las nuevas especies, para el caso de las anuales, el rejuvenecimiento anual es el camino para sostener y aumentar el nivel de producción año tras año. 

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