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Productores del sudeste cuentan estrategias para rendir al máximo

Se obtuvieron rindes cercanos a los 4.000 kilogramos por hectárea y materia grasa superior al 55 por ciento.

infocampo

La actual campaña de girasol (2014/2015) no fue de ninguna manera una empresa fácil. El año comenzó con excesos hídricos en la mayoría de los lotes –con vastas zonas anegadas, lo que dificultó las labores y prácticas agrícolas– y atravesó también momentos de sequía durante enero y febrero. A pesar de ello, con un manejo planificado que incluyó el uso de híbridos CL de alto rendimiento, barbechos anticipados y control de plagas, productores como Mariano Viva, de Vireyes Agropecuaria, y Sergio Muise, de Estancias Bellamar, obtuvieron excelentes resultados.

En el sur de la provincia de Buenos Aires se encuentra la Estancia Bellamar, desde donde Muise relata que la campaña en esa región comenzó afectada por las precipitaciones acumuladas. Durante 2014 tuvieron lugar lluvias de mucha intensidad desde mediados de febrero y se prolongaron hasta la primavera. “Durante 2014 cayeron 1.464 milímetros, lo que constituye el mayor registro del establecimiento desde 1946 (el promedio histórico en Bellamar es de 920 milímetros anuales)”, explica Muise, a lo que agrega: “Ese fue nuestro principal problema. La superficie agrícola del establecimiento se redujo en un 10 por ciento debido a la formación de lagunas donde no las había”.

Atentos a estas circunstancias, en Bellamar procedieron a realizar los barbechos con anticipación para controlar malezas a partir del otoño. Eran lotes destinados a cultivos de gruesa (maíz, girasol, y soja de primera). “La estrategia nos permitió llegar con lotes limpios hasta un mes antes de la siembra de girasol y maíz. Luego, en septiembre, realizamos un barbecho corto”, relata Muise. El objetivo era comenzar la siembra de girasol a partir del primero de octubre, pero las precipitaciones, la falta de piso y el exceso de humedad retrasaron las labores, que comenzaron el 15 de octubre y finalizaron el 14 de noviembre.

“Utilizamos híbridos priorizando el potencial de rinde, alto contenido de materia grasa y la tolerancia al desgrane. Se destacaron por sobre otros materiales el SYN3970 CL de Syngenta, por su alto potencial de rendimiento y porcentaje de materia grasa. Se trata de un híbrido que habíamos probado en la campaña 2013-14, donde probó sus ventajas. Fue el híbrido que tuvo mayor rinde y el que más se destacó por su contenido de materia grasa. Esta campaña tuvo el mismo comportamiento; en los lotes costeros rindió 3.900 kilogramos por hectárea, con contenidos de aceite de entre 56% y 57%. En los lotes ubicados sobre la ruta provincial 88, el rinde fue menor (entre 3.000 y 3.200 kg/ha), debido a que se trata de lotes con menor potencial.  Además, sembramos SYN4070 CL, también recomendado por Syngenta, con características similares al anterior, pero de ciclo un poco más corto. Es un material rindió muy bien (3.848 kg/ha en la costa) y su contenido de aceite fue de 55%”, detalló Muise.

Al describir su estrategia para el control de malezas, Muise comentó: “En años anteriores manteníamos una proporción de 50 por ciento de híbridos convencionales y otro 50 por ciento de CL. Sin embargo, esta vez sembramos el cien por ciento con híbridos CL. Gracias a ello, este año no tuvimos problemas de malezas y vimos girasoles muy bien sembrados, con rápido crecimiento y surcos bien cerrados”.

En cuanto a las plagas, además de isocas, se presentó el habitual problema de babosas y bichos bolita debido a la acumulación de rastrojos de cosecha en esta zona. El trigo es el cultivo por excelencia y deja un rastrojo muy voluminoso, que se degrada muy lentamente y genera un ambiente húmedo, propicio para el desarrollo de estas plagas. Por ello se realizaron monitoreos previos a la siembra para determinar la densidad poblacional y controlarlas para ver si superaban su umbral. Para su control se utilizaron cebos a base de metaldehído. En enfermedades, a su vez, se observó roya blanca y algo de Sclerotinia, y se detectó Verticillum en algunos lotes.

“El resultado final sobre 874 hectáreas sembradas con diversas marcas e híbridos fue de 3.240 kilogramos por hectárea. Entre los más destacados pueden mencionarse los lotes de SYN4070 CL, con 3.848 kg/ha y un porcentaje de materia grasa de 55,6%; y lotes de SYN3970 CL con 4.160 kg/ha y 56,9% de materia grasa, lo que superó con creces nuestras expectativas iniciales”, relata Muise. “Como si fuera poco, la cosechadora los sacó limpitos: entre 1% y 2.1% de cuerpos extraños”, añade.

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