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Resistencia antimicrobiana: información para la acción

En ganadería, se deben evitar diagnósticos erróneos y el uso profiláctico de cualquier antibiótico. La prevención con vacunas, es la vía más segura para cuidar la sanidad del rodeo.

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Por MV Marcos
Saint Martín

Médico veterinario

La generación de bacterias resistentes a los tratamientos con los antibióticos disponibles es uno de los principales problemas en salud pública a nivel global. La Organización Mundial de la Salud estima que para 2050 unas 10 millones de personas morirán por año como causa de RAM (Resistencia Antimicrobiana), a menos que se instaure una respuesta global en el corto plazo.

La RAM es la capacidad de una bacteria para sobrevivir en concentraciones de un principio activo que inhibe o mata a otras de la misma especie. Es un fenómeno natural, que se acelera por el uso abusivo e irracional de los antibióticos. Por este motivo, enfermedades que antes se controlaban de forma sencilla ahora se están volviendo complejas y requieren muy costosos tratamientos.

Todo esto ha creado circunstancias de tal gravedad que genera una preocupación a las personas que estudian el tema en detalle. Por lo tanto, es muy necesario comunicar y generar conciencia en la población sobre lo que representa esta problemática que involucra los cuidados de la salud humana, animal y ambiental.

Cuidados extensivos

Es necesario tener en cuenta que la resistencia bacteriana a los antibióticos en salud humana tiene una alta relación con la sanidad animal. En producción ganadera, por momentos olvidamos que producimos alimentos. El mal uso de antibióticos en sanidad de grandes animales colabora en la generación rápida de bacterias resistentes, las cuales tienen contacto por doble vía con el ser humano, directamente por el alimento o por intermedio del ambiente. Este último también cumple un rol fundamental en mantener los genes de resistencia y, además, se lo considera un dador de dichos genes.

Las enfermedades transmitidas por alimentos de origen animal son causa importante de mortalidad humana en el mundo y la resistencia ha sido documentada en enfermedades zoonóticas como Campylobacter spp y Salmonella spp.

También aparece RAM en bacterias comensales como Enterococcus y Escherichia coli, las que pueden ser transmitidas por los alimentos y actuar como reservorios de genes de resistencia transfiriéndolos a bacterias patógenas o zoonóticas de importancia en salud pública.

Cómo se produce la resistencia

Hay dos mecanismos básicos por los cuales las bacterias pueden volverse resistentes: una por mutaciones propias en el ADN del microorganismo y otra por la adquisición de nuevos genes provenientes de otras bacterias. La segunda parece ser la más importante, ya que esta transmisión puede darse en bacterias de distinto género y especie. El llamado fenómeno “conjugación”, es considerado el más importante ya que incluso puede transferir resistencia a más de un antibiótico, lo que llamamos resistencia múltiple. En este proceso, se produce la transmisión de plásmidos (porciones de ADN) de una bacteria “dadora” a una “receptora”.

Básicamente, una bacteria resistente puede producir enzimas que destruyen el antibiótico, otras modifican membranas que impiden la entrada del antibiótico o aumentan el flujo de su salida al exterior y o modificar los receptores del antibiótico en la bacteria.

De la medicina terapéutica a la medicina preventiva

Particularmente en ganadería, un punto muy importante es pensar que a nivel nacional se destinan más recursos a uso de antibióticos (medicina terapéutica), que a uso de vacunas (medicina preventiva).

Uno de los principales problemas de generación de RAM en animales es la aplicación de antibióticos de forma preventiva, o dicho de otra forma, en ausencia de signos clínicos. El uso profiláctico de cualquier antibiótico – ya sea en alimentos, agua o de forma inyectable – representa un factor potencial de resistencia que se introduce al rodeo.

Está comprobado que esta práctica genera resistencia en bacterias de interés veterinario, documentado incluso en trabajos efectuados por entes públicos (INTA y Facultad de Veterinaria), en los que se encontraron que más del 20% de las bacterias aisladas presentaron resistencia a algún principio activo. Con el agravante que también se genera RAM en bacterias que son flora comensal y patógenas para el ser humano, con todo lo que esto implica.

Es importante tener presente en todo establecimiento productivo que manejo, higiene, vacunación y alimentación acordes, reemplazan cualquier práctica profiláctica con antibióticos.

La importancia de un buen diagnóstico

Otro eje central para prevenir RAM es evitar diagnósticos erróneos. Se encuentran habitualmente casos donde se efectúan tratamientos en enfermedades provocadas por virus o parásitos, en los que el antibiótico no tiene eficacia. Esto en muchas ocasiones sucede porque la decisión de aplicar un antibiótico la toma el personal no profesional del establecimiento, por lo tanto es fundamental capacitar a todo el equipo de trabajo para mejorar el criterio de uso.

Además, es de suma importancia la vigilancia epidemiológica. Como profesionales debemos realizar diagnósticos precisos con aislamiento de bacterias en casos clínicos y su correspondiente antibiograma. De esta forma, logramos saber cuál es la prevalencia de los agentes actuantes en las diferentes patologías y su posible grado de resistencia.

Asegurar la calidad

No debemos olvidar que un factor clave para un tratamiento efectivo es el uso de antibióticos con calidad asegurada. Se deben elegir productos con estudios de bioequivalencia, los cuales aseguran que el producto desde el punto de vista farmacocinético tiene un comportamiento similar al producto de referencia en cada droga. Esto nos permite confiar en la parte del tratamiento que le toca al producto, para lograr no solo la mejoría clínica, sino también la cura bacteriológica.

Existe un orden de prioridad en el cuidado de los principios activos que viene dado por su relación de uso en humanos. Tienen mayor relevancia las Quinolonas y las Cefalosporinas; le siguen los Macrólidos; y en un escalón más abajo y de menor riesgo aparecen las Tetraciclinas, que son poco usadas en seres humanos.

Asumir el cambio

Si en la producción ganadera argentina pudiésemos cambiar la dinámica basada en una medicina terapéutica a mayor prevención con vacunas, las ganancias serían dobles: el sector se beneficiaría por menores pérdidas productivas y estaríamos contribuyendo a paliar la resistencia a los antibióticos que, tal como propugna la OMS, es hoy una de las mayores amenazas para la salud mundial, la seguridad alimentaria y el desarrollo.

La utilización inadecuada de los antibióticos nos pone a todos en riesgo y hasta que no logremos el uso total solo bajo supervisión veterinaria, debemos poner todos nuestros esfuerzos en informar y generar conciencia sobre la grave amenaza que pende sobre la salud de todos. Empecemos por ello.