La semana pasada el Gobierno firmó las reglamentaciones necesarias para impulsar a la producción de etanol dentro del régimen de promoción de biocombustibles establecido en
Según se informó, el programa implica activar inversiones privadas superiores a los u$s500 millones y la creación de nuevos puestos de trabajo en las regiones productoras.
En este contexto se dará prioridad a los proyectos que tengan participación mayoritaria de pymes y los que cuentes con mayor número de productores agropecuarios.
En
Alejandro Gómez Boero, gerente de Atanor, detalla el negocio: “Hoy nuestra firma ya está produciendo alcohol y unos 50 millones de litros son utilizados para procesos internos, como la producción de herbicidas. Vamos a integrar el negocio del bioetanol porque contamos con destilería de alcohol, pero otras empresas que no cuentan con esto quedarán afuera ya que se requiere de una inversión muy importante”.
De todas formas, Gómez Boero remarca que esta reglamentación será positiva para todo el sector: “La caña y el azúcar encontrarían mejores valores ya que se utilizarían para la producción de alcohol y no se realizarían exportaciones a precios no convenientes y el mercado interno encontraría mejores precios”.
Así es que el precio de la caña está relacionado al precio del azúcar y a partir de la puesta en marcha en 2010 de la ley, también, en gran medida, al precio del alcohol. De una tonelada de azúcar que rinde 100 kilos de azúcar, 60% es para el cañero y el 40% restante es para el ingenio. A mayor rendimiento y valores, ambos ganan en el negocio.
En lo que se respecta al precio,
“El negocio no es el mismo pautado años atrás, cuando se comenzó a hablar de los biocombustibles porque faltaría el petróleo y éste estaba a precios muy altos. Hoy está a u$s52 el barril, cuando estuvo en u$s150 y el esquema cambia totalmente. En lo que se refiere a