La empresa Conecar, que fabrica y vende balanceados para bovinos, aves y cerdos, el 30 de agosto inauguró una moderna planta en la localidad de Ausonia, a la vera de la Ruta 4, a unos 30 kilómetros al sur de Villa María, provincia de Córdoba. Con esta inversión alcanzarán 180.000 toneladas de alimento al año.
Roberto Guercetti, gerente general de la empresa, visitó la redacción de Infocampo y habló del futuro de los balanceados, la realidad que vive ese sector, y las futuras inversiones que proyecta la firma.
-¿Cuál es el proceso que se hace en una planta de balanceados exactamente?
-Primero es el acopio de cereales y subproductos. En balanceados hoy se utiliza un 50% de cereales (sorgo maíz y algo de soja) y un 50% de subproductos (afrechillo de trigo, de girasol, pellet de maní, pellet de soja). Ese proceso más la inclusión de vitaminas, minerales, proteínas y suplementos hace que después de una molienda y un prensado se llegue al alimento balanceado.
-En esa cadena, ¿compran la materia o también son productores?
-Somos industrializadores. Tomamos los cereales del campo de los productores, los procesamos y comercializamos el producto a otro tipo de productores. Estos son el lechero, ganadero y productor de cerdos.
-¿Cómo es proceso de agregación de valor en esta industria?
-Nosotros vamos a producir 120.000 toneladas de alimento balanceado, es decir vamos a adquirir 120.000 toneladas de cereal y subproductos que se van a procesar por un valor final de 100 millones de pesos. Ese total tiene 50 millones de valor agregado: la maquinaria, el flete, la mano de obra, el gas, la caldera.
En un pueblo de 1.300 habitantes, vamos a generar $50 millones de valor agregado. Estamos haciendo mucho hincapié en la industrialización y el valor agregado.
De lo contrario, esos $100 millones se irían, por ejemplo, por Puerto Rosario con un agregado de flete de no más del 5%; un camión de grano vale entre $10.000 y 20.000 y el flete cuesta $1.500.
-¿Cómo fue el financiamiento para poder realizar la última inversión?
-Nosotros tuvimos un apoyo muy importante del Banco de Córdoba y del Banco Nación. Invertimos 2 millones de dólares en la etapa que culminó el 30 de agosto y tenemos una inversión de u$s1 millón más que ya se está gestionando nuevamente con el Banco de Córdoba. Hay una buena predisposición con el gobierno de Córdoba para este tipo de proyectos y estaríamos en marzo de 2009 con la nueva ampliación que va a permitir incorporar 25 empleados más, a los 25 que ya tomamos para la planta de Ausonia.
-Este año, ¿cuánto balanceado van a estar produciendo?
-Con la nueva planta más la que teníamos alcanzamos las 180.000 toneladas.
-¿Bajo qué condiciones se está accediendo hoy al crédito? Es decir capital de inversión, tasas, plazos.
-Nosotros tomamos una tasa muy preferencial en el primer crédito que fue de $2 millones en el Banco de Córdoba al 9%. Esa fue una tasa muy especial, y ahora ya se está negociando entre un 12 y un 13 por ciento.
-¿Es factible en Córdoba acceder a capital de inversión?
-Hay una predisposición mayor en lo que es producción y hay un posicionamiento del gobernador Juan Schiaretti hacia el campo.
-¿Los afectó la reforma tributaria que volvió a gravar a la industria con el impuesto a los ingresos brutos?
-No, porque las áreas industriales siguen exentas, todavía tenemos exención de ingresos brutAdemás, en el marco de la promoción industrial hay dos años de un 25% de descuento de energía y un aporte de 100 pesos por nuevo puesto de trabajo.
-Respecto del feedlot, ¿cómo es el manejo que están realizando? ¿Dónde lo tienen?
-El feedlot está en Carcarañá, tiene capacidad para 10.000 animales, está siempre lleno. La industria frigorífica es nuestro principal cliente, como Quickfood-Marfrig, y le damos todo el servicio de hotelería.
-¿Cómo está manejándose el feedlot?
-La hotelería debe manejar el concepto de hotel, le cobramos el hospedaje, le fabricamos el alimento y se lo vendemos. El hospedaje es de 0,30 centavos animal/día y el alimento, en el orden de los 600 pesos la tonelada.
-¿Qué le provee Conecar a los feedlots, en líneas generales?
-Los feedlots generalmente tienen el macroelemento, es decir tienen un subproducto, el cereal o el maíz picado fino. Con estos establecimientos operamos con concentrados y premezclas. En cambio, algunos feedlots no tienen nada y se les vende todo el alimento balanceado. Pero lo más probable, la tendencia, es el concentrado al 10%, que es la parte proteica mineral, y si no simplemente es una premezcla.
-En el caso del feedlot que hace su propio alimento, ¿cómo es la relación?
-Compran nuestro concentrado al 10 o al 15% y después lo mezclan en el mixer y se entrega; digamos que el dueño aporta el 85% de la ración y nosotros el resto, es un mix, un complemento.
-¿Cuál es el circuito más dinámico, el del alimento terminado o el del concentrado?
-El del terminado. Lo que pasa es que hay una tendencia. Cuando te vas a distancia los productores empiezan a usar el alimento comprándole al vecino y te compran únicamente el concentrado.
-Usted tiene la línea de producción de balanceados, la de rumiantes y monogástricos. ¿Dónde percibe mayores oportunidades, mayor dinamismo?
-El futuro es el ganado bovino. Lo que es avicultura desde hace años está integrada en grandes productores o empresas. Se concentró en cinco o seis avícolas, que se producen su propio alimento. El cerdo sigue ese camino, a una concentración en grandes establecimientos.
-¿Por qué la decisión de invertir en esta industria, justo en un momento donde la ganadería bovina, tanto de carne como de leche, está tan complicada?
-Yo pienso que todo esto es transitorio y que en algún momento cambiará y la
Argentina acompañará la evolución de Uruguay y Brasil. Trato de leer lo que están haciendo los grandes inversores, como JBS y Marfrig y que tienen el 60% del negocio frigorífico.
-¿El mercado de mascota lo han estudiado?
-Mascota se nos escapa un poco del objetivo. Queremos ser especialista en algo, con lechería y carne lo hemos logrado.
-¿La tendencia de los molinos de aprovechar su propio afrechillo para hacer balanceado, les es competencia?
-En este tipo de comercialización, como cualquier otro, hay fortalezas y debilidades. El principal negocio del molino es hacer harina, lo otro pasa a ser secundario, entonces yo compito con mi negocio primario.
