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Semana Santa: las recomendaciones del Senasa para el consumo seguro de pescado

El Servicio Nacional de Sanidad enumeró cuáles son los aspectos que hay que tener en cuenta a la hora de comprar, almacenar y cocinar este alimento.

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Por Infocampo

En vísperas de Semana Santa, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) dio a conocer una serie de recomendaciones para que las personas realicen una adquisición y consumo seguros de pescado.

A grandes rasgos, el Senasa enumeró los siguientes aspectos que debe tener en cuenta toda persona que quiera comprar pescado fresco:

  • Aspecto de la piel: los colores deben ser vivos, tornasolados y sin decoloración. Es decir, no deben ser apagados o sin brillo.
  • Aspecto de los ojos: deben estar sobresalientes, brillosos y con la pupila negra. No deben verse hundidos, grises o viscosos.
  • Aspecto de la carne: debe ser firme, translúcida y de superficie lisa. Es decir, ni flácida, ni opaca o rugosa.

Latas y comercios

Por otro lado, si se adquieren productos ictícolas conservados en lata, “es importante observar que estas no presenten abolladuras, no estén hinchadas, ni oxidadas. Asimismo, se deberá chequear en el rótulo, la procedencia y el vencimiento”, indicó el Senasa.

También aconsejó que, a la hora de visitar la pescadería, cerciorarse de que esté limpia y de que el agua de deshielo de las mesadas escurra correctamente y no haya olores desagradables.


El pescado fresco no tiene el típico ‘olor a pescado’. Un producto que ‘huele mal’, ya ha iniciado su proceso de descomposición. Los pescados enteros no deben estar muy juntos, ni amontonado”, subrayó el Senasa.

Luego de la compra, también expresó dos aspectos clave:

  • En el traslado hasta el hogar, si queda lejos de la pescadería, es preferible usar conservadoras.
  • La mejor manera de conservar el pescado en la heladera es en envases cerrados que eviten la transmisión del olor al resto de los productos, y ubicarlos en los estantes más bajos disponibles.

Bien cocinado

Por último, el Senasa recordó que la “anisakiasis” es una enfermedad que se da por el consumo de la larva de Anisakis simplex, presente en algunas especies de pescado como merluza, anchoa, arenque, bacalao y sardina, entre otras.

Suele suceder fundamentalmente cuando el pescado con estas larvas es consumido crudo o mal cocido: se desarrollan síntomas digestivos y también puede causar alergia (shock anafiláctico) en algunas personas.

Por tal motivo, el Senasa repasó algunas condiciones que hay que seguir a la hora de la preparación del pescado para comer y que las larvas queden inactivadas:

  • Cocción a temperaturas mayores de 60°C durante al menos 15 minutos.
  • Congelar rápidamente el producto luego de haber sido eviscerado (es decir, cuando se limpia y se extraen los órganos), a -20°C durante 48 a 72 horas, o a -35°C por 15 horas.
  • La cocción en horno microondas, a la plancha y/o en frituras requiere de una temperatura mayor a 77°C durante 1 minuto.

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