Sigue incierto el futuro de Guillermo Moreno en el gobierno

El polémico secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, tendrá un puesto en el gobierno de Cristina Kirchner.

¿Cuál? Altas fuentes de la Casa Rosada consideraban muy probable que mantenga su cargo actual, desde el cual ha sido la principal espada del presidente Néstor Kirchner para tratar de contener el alza de los precios. Quizá más adelante, añaden las fuentes, podría pasar a otra área.

Por estas horas, el futuro de Moreno, acusado de ser el máximo responsable de la manipulación de las cifras oficiales de inflación, es un punto de análisis y de debate entre Kirchner y su esposa.

Lo que se discuten son los tiempos, sostienen en el Gobierno. Trascendió que el Presidente quiere mantener a Moreno, al menos hasta marzo, como una forma de reconocerle su trabajo.

Pero Cristina Kirchner y el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, piensan otra cosa.

Consideran que la mala imagen del secretario de Comercio Interior no contribuye a atraer inversiones productivas de largo plazo, fundamentales para sostener el ritmo de crecimiento económico. Son partidarios, por eso, de dar a esos sectores una señal inmediata: licuar el poder de Moreno desde el 10 de diciembre, cuando asuma el nuevo gobierno. Y confiarle un cargo de menos exposición a las críticas, internas y externas: por ello, el jefe de Gabinete ideó un destino más discreto, como la petrolera estatal Enarsa.

“De todos modos, la convalidación de los votos le dio a Kirchner el convencimiento de que la política antiinflacionaria de Moreno, y muchas otras, están convalidadas. Y que hay margen político para avanzar en muchos aspectos”, dicen en la Casa Rosada.

Este debate interno sobre Moreno se extiende al destino de otros futuros funcionarios de las segundas líneas oficiales: secretarios de Estado, viceministros, directores y titulares de organismos. Néstor Kirchner y Cristina Kirchner deciden por igual.

La otra incógnita es el secretario de Transporte, Ricardo Jaime. Su superior, el ministro de Planificación, Julio De Vido, había ofrecido a todos sus funcionarios ir al sector privado, pero les había anticipado que él y todos ellos tenían la venia para quedarse. El mismo equipo sigue en funciones. Nadie se fue y no habrá cambios.

Dentro de la órbita de la Presidencia, Cristina Kirchner confirmará a Enrique Meyer al frente de la Secretaría de Turismo; a José Granero, de la de Lucha contra la Drogadicción, y a Héctor Icazuriaga, de la de Inteligencia (SIDE). En Cultura no sabe aún si continúa José Nun o si nombran, por ejemplo, a Jorge Coscia.

Alberto Fernández confirmó a todos sus secretarios de Estado: Jorge Rivas (Relaciones Parlamentarias, vicejefe), Enrique Albistur (Medios), Romina Picolotti (Medio Ambiente) y Claudio Morresi (Deportes). Para los organismos autárquicos hay otros nombres: en el PAMI podría ascender Luciano Di Césare, segundo de Ocaña, hasta la normalización. Luego, podría asumir Patricia Vaca Narvaja. En el Anses, suenan los nombres de Nadalich y de Héctor Capaccioli.

En la vocería presidencial permanecerá Miguel Núñez. Como procurador del Tesoro podría ir Alberto Iribarne, que dejará el Ministerio de Justicia. La AFIP quedaría en manos de Alberto Abad y el Banco Central, de Martín Redrado. Fabián Gutiérrez será el secretario privado de la futura presidenta; Isidro Bounine lo secundará. 

Fuente: Medios y Agencias