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Trigo sano, siempre engorda

Siguiendo con "la ruta del buen trigo", BASF Argentina organizó su tercera jornada a campo. Esta vez fue en la localidad bonaerense de Saladillo.

Siguiendo con "la ruta del buen trigo", BASF Argentina organizó su tercera jornada a campo. Esta vez fue en la localidad bonaerense de Saladillo.
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Por Infocampo

Sin olvidarse de las cuestiones que están haciendo “ruido” en la campaña (menor área de siembra, dudas sobre la utilización de todo el paquete tecnológico y una industria panadera que alerta sobre una crisis de proporciones), el objetivo fue extraer las mejores recomendaciones para incrementar los rindes. Y como no sólo de pan (léase fungicidas) vive el hombre, además del soporte de sus propios técnicos (José Di Rico y Daniel Rolón) convocaron al especialista en fertilización Ángel Berardo, director técnico del laboratorio Fertilab, de Mar del Plata, para que brinde su visión sobre el estado de los trigos a esta altura de la campaña. “En esta misma zona, hace 20 años hicimos ensayos sobre el impacto de la fertilización en trigo, aun cuando me decían que como aquí se hacía producción porcina sólo interesaba el maíz y que el cultivo no importaba. Los resultados (ver infografía) fueron contundentes. La incorporación de nitrógeno y fósforo mostró un incremento de rinde de 1.900 kg/ha en los suelos más degradados, y de más de 2.100 en adquellos con fertilidad intermedia. Como vemos, en este tema poco hemos avanzado en la Argentina”, afirmó lapidariamente (ver “El suelo…”). Por su parte, Di Rico reafirmó el objetivo de priorizar todo el paquete tecnológico que permita al cultivo expresar su potencial en la rotación, “pensando en defender la rentabilidad del sistema por sobre cada cultivo”. Desde el punto de vista sanitario explicó que están visualizando una mayor presencia de enfermedades que en el 2004, pero con menor virulencia, “exclusivamente debido a las bajas temperaturas que se dieron hasta ahora”. Puso énfasis en alertar sobre el quiebre de resistencia en algunas variedades, a partir de las mutaciones de algunas de esas enfermedades. “Por eso es clave el monitoreo en los lotes para tomar las mejores decisiones de control. Tal como mostramos en estas jornadas”, concluyó.

Primera parada: Lorda

La primera parada se hizo sobre un lote (Loma) del campo Lorda sembrado con Baguette 13, que tuvo como antecesor soja de primera, que rindió más de 3.700 kg. El barbecho se hizo con Glifosato y luego una mezcla de Banvel + Metsulfurón. Se fertilizó con 125 kg/ha de nitrocomplex, 70 kg/ha de CAN a la siembra y 182 kg de CAN con azufre a macollaje. Los niveles de fósforo dieron 30 ppm (“está bien”, diría Berardo) y los de nitrógeno-nitratos, 14 ppm. “Para que la reposición sea aceptable deberíamos tener valores de nitrógeno cercanos a los 80 y 100 ppm (ver infografía en pág 13)”. Por su parte, Rolón mostró el impacto de la mancha amarilla en el lote “sin alarmarse. Hay que seguirla”.

Segunda parada: Mollo

La segunda situación mostrada fue en un establecimiento (Mollo), también sobre la Ruta 205. Allí se sembró un trigo variedad Onix, que tuvo como antecesor un maíz de 6.400 kg, también en directa. El barbecho e incorporación de herbicidas fue similar al caso anterior. En cuanto a la fertilización se aplicó 160 kg/ha de nitrocomplex a la siembra y luego 175 kg/ha de CAN al macollaje. Los valores de fósforo y nitrógeno fueron similares al lote de la primera parada. “La renta de la rotación es cada vez menor. Esto unido a los contratos cortos atenta contra un manejo más generoso de la nutrición”, explicaron desde RHB. Rolón advirtió que “como apareció roya en el lote, el seguimiento debe ser más estricto”.

Daniel Díaz | Enviado especial a Saladillo

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