Los productores de azúcar de Tucumán se enfrentan con uno de los años más difíciles de la última década. Con sus costos en alza y sobre-oferta de producción, los precios en pesos de sus productos se mantienen en el mismo valor de hace 4 años, y la demanda está retraída quedando excedentes de producción que están obligados a exportar a pérdida.
“La situación es gravísima porque hay 6.367 productores tucumanos en riesgo: desde el sector anticipan que si no se toman medidas urgentes, este año podrían desaparecer la mitad de ellos”, señaló hoy un informe emitido por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).
La producción azucarera es una de las principales actividades económicas de Tucumán. Representa el 46% de su PIB agropecuario y el 8% del PIB provincial. Es la actividad que genera más empleo en la provincia. Pero la falta de un planeamiento estratégico tanto en la oferta como en la demanda y el stock, sumado a un tipo de cambio poco competitivo, están poniendo en riesgo la supervivencia del productor.
Para 2015 el panorama es el más delicado desde las crisis de los años ‘60 y ‘90, cuando desaparecieron una gran cantidad de ingenios y productores.
Uno de los principales problema actuales es el precio. Hace cuatro años que se mantienen en los mismos valores, mientras que los costos no han parado de crecer. En febrero pasado, por ejemplo, la bolsa de 50 kg de azúcar cotizaba a $220, cuando el precio de equilibrio de la actividad está en $350 por bolsa. A su vez, los valores son apenas 10% superiores a los de 2012 o 2014 (en 2013 fueron más bajos aún), mientras que en ese periodo los costos subieron, en promedio, entre 20% y 25% anual.
Pero los bajos precios conllevan otro problema asociado. El año 2015 se presenta con altos niveles de producción y una demanda retraída, generándose importantes excedentes entre los productores. En Tucumán, los productores están obligados a sacar los excedentes del mercado volcándolos a la producción de alcohol o la exportación. Se estima que este año los productores tendrán que exportar el 35% de su producción, con dos agravantes: por un lado, los precios de exportación son muy inferiores a los precios internos porque se orientan a un mercado mundial de excedentes, con lo cual, la exportación es completamente a pérdida. Y, por otro, deben instrumentarse con un tipo de cambio no competitivo.
En la actividad azucarera tucumana trabajan más de 30 mil personas en forma directa, más una cantidad de 60 mil personas en forma directa que gira alrededor de esa tarea. A su vez, hay 15 ingenios que reciben la materia prima de 6.367 productores de caña de azúcar, de los cuales 4.193 (el 65,8%) son muy pequeños, con menos de 10 hectáreas cultivadas, y están unidos en una crisis que podría ser terminal: le cuesta más la cosecha y el flete al ingenio que el azúcar que cobrarán. Además, en muchos casos se entrega la producción y se siguen debiendo cuentas anteriores, lo que revela los problemas latentes en la cadena de pagos.
Por la crisis del azúcar, la economía tucumana se está resintiendo, con incrementos en el desempleo, cortes en la cadena de pagos y una crítica situación económica financiera de los cañeros y los ingenios. Para evitar que esta emergencia de propague, es urgente tomar medidas.
En Tucumán no existe otra actividad que pueda reemplazar en 290 mil hectáreas a este cultivo, y generar tanta mano de obra directa e indirecta como lo hace la producción de azúcar.