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Una cabaña con pureza genética

En Ayacucho, Andrés Badie maneja Ignibrau, una de las cabañas con mayor proyección del sector ovino que apunta a mejorar día a día la calidad genética de los animales.

infocampo

La cabaña Ignibrau es una de las que ma- yor proyección tiene en el sector ovino. Localizada en Ayacucho, provincia de Buenos Aires, cuenta con unos 700 ani- males distribuidos en 90 de las más de 300 hectáreas que tiene el campo. Tam- bién cuenta con una línea de genética propia, donde vende sus reproductores a más de 60 clientes, y está presente en las principales exposiciones del país.

Recientemente distinguida en los pre- mios Dow al desarrollo de las personas en el sector agropecuario, Infocampo habló con el doctor Andrés Badie, la ca- beza de Ignibrau, para conocer cómo funciona por dentro.

En la cabaña hacen ciclo completo, el cual Badie detalla con precisión: “Lo que hacemos es seleccionar las mejores hembras de parto, que es cuando se hace la primera labor, que es la señalada y corte de cola. Esas hembras se crían y desarrollan en el campo hasta conver- tirse en borregas con tres dientes, que sería al año, donde se le da servicios con inseminación artificial. Se eligen padres de pedigree que hemos traído del extranjero o de producción propia y se hace la introducción de esas borregas con el plantel de madres que tenemos en la cabaña. A los cinco meses, que dura la gestión de la oveja, se hace la extracción”. La producción es de un cordero por año o dos en el caso de melliceras. Actualmente, cuentan con unas 300 madres.

Respecto de la línea de genética, en 2010 Badie adquirió de la Exposición del Prado los mejores padres. También adquirió de otras cabañas. Ahora es- tán probando con padres propios, y son proveedores de unas 13 cabañas. Ignibrau cuenta con unos 700 ovinos entre distintas categorías: borrega, car- nero, padres, plantel puro de pedigree, plantel federal, oveja de consumo para el campo, cordero y corderas.

Un distintivo de la cabaña es que cría raza Texel, ya que descubrieron sus bondades a partir de un trabajo en conjunto que hacían con el Inta para proveer de carne a la cadena de supermercados Disco.

“Hacíamos un borrego pesado y a su vez un control de faena que lo hacía el Inta. Las mejores carcazas, en calidad de carne, grado de engrasamiento y rinde eran las de Texel, y todas las razas que cruzaban con ésta eran las que tenían mejor rinde y calidad”, cuenta. A partir de ese momento, encararon un viraje total en la cabaña.

Badie describe las características de la raza: “Es muy rústica. Es un cordero pre- coz de alta velocidad de crecimiento. Tiene la panza pelada y es más limpia. Tiene alta fertilidad, habilidad materna, un cuero grueso, lo que le da más de- fensa contra los temporales y factores climáticos. Además, tiene lana para producir un buen vellón de calidad. Reuniendo todas esas cualidades, nos quedamos con esta raza y estamos muy conformes”.

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