Gracias a los
El otoño seco demoró algunas semanas el inicio de la campaña, pero las lluvias que llegaron en los últimos tiempos ayudaron a la implantación del cultivo: “Fueron entre 15 y
Los costos de producción para esta campaña aumentaron entre 20 y 40%. El año pasado oscilaban entre u$s800 y u$s1.000 por hectárea, mientras que para este año se estima que esos precios alcanzarán los u$s1.200/ha.
Los alquileres de los campos también afrontaron un aumento, ya que históricamente los campos para maní se encontraban entre el 20 y el 30% por encima del de soja. En la actualidad se mantienen 50% más onerosos que los destinados a la oleaginosa estrella, llegando a 600 u$s/ha.
El precio internacional hace un mes rondaba los u$s70 por tonelada. En este sentido se expresó Della Mea: “Todavía no es mal negocio, aun si baja un poco más, como es posible que suceda”.
Por otro lado, Nicolás Maglione, director de Maglione Hnos. y Cía., manifestó que la baja en los precios no es cuantificable: “Esto sucede porque el mercado internacional está parado, con mucha volatilidad y hay que esperar a que se reacomode la situación internacional”.
En términos de contrato, los pagos fueron negociados mayoritariamente durante julio agosto. Los demás se pospusieron para noviembre-diciembre.
Algunos productores hicieron negociaciones para el año que viene. En este contexto, Della Mea explicó que el problema también le concierne a las empresas. “Están teniendo dificultades financieras tras todos estos meses de inestabilidad durante el conflicto.
Algunos ya hicieron contratos a 70 u$s/t para el año que viene”, aportó. Maglione, en concordancia, dijo que la venta se fue haciendo durante todo el año, pero al haber frenado el mercado, los grandes compradores no tomaron decisiones de importancia para realizar operaciones.
En cuanto a los rendimientos, no se espera un gran salto para este año, sino que se proyecta mantener los rindes del año pasado, cuando el promedio oscilaba entre 28 y 30 qq.
El crecimiento en superficie sembrada va de acuerdo con el plan de desarrollo agropecuario que había planteado Carlos Cheppi cuando todavía era presidente del Inta. Este proyecto aspiraba a aumentar a 400.000 las hectáreas cultivadas con maní.