El establecimiento ‘Las Elenas’ de la familia Brandes Garat, produce leche desde 1943 en la zona Oeste de Buenos Aires. Con un campo de casi 850 hectáreas, hasta el pasado mes de enero tenía unas 1000 vacas con 780 de ellas en ordeñe (esto le permitía entregar cerca de 20.000 litros diarios). Pero el hecho de que el precio cobrado no alcanzara para cubrir los costos de producción hizo que esta familia tomara ‘la decisión de vender cerca de la mitad de sus vacas y cerrar dos tambos’, comentó Elena Brandes.
La decisión de achicarse y mantenerse en la actividad con sólo un tambo fue forzada por no poder llegar a cubrir el costo de producción de mantener un establecimiento que debe competir con los alquileres de la soja, dar sustento a 10 familias y producir leche con los mejores parámetros de calidad y eficiencia.
‘Hoy, en nuestro establecimiento nos cuesta un peso ($ 1,0) producir un litro de leche y estamos recibiendo 84 centavos por ese litro, lo que significa que estaríamos perdiendo unos 16 centavos por cada litro entregado’, indicó Brandes
‘Nuestra empresa ya se endeudó en el 2001, ante una relación de precios también adversa. Los pocos años buenos que vinieron después fueron para cubrir esa deuda. Esa crisis fue una lección: decidimos que no volveríamos a endeudarnos para cubrir un precio insuficiente’, añadió
Es decir: con el peso de la responsabilidad de ser fuente de trabajo para mucha gente, la familia decidió achicarse antes que volver a tomar deuda (especialmente en un contexto con un escenario financiero internacional muy inestable).
La decisión no fue fácil ‘porque reducir la estructura significa que hay gente que hace años que trabaja y vive en nuestro establecimiento que se queda sin su trabajo y también tiene que mudarse’, explicó Brandes.
Brandes dijo además que están luchando contra ‘las políticas (oficiales) de desaliento para un sector que tiene todas las condiciones para crecer y que constituye una de las principales fuente de ingresos de nuestro país.’

