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Los supermercados remarcan en más de un 100% los quesos de consumo masivo

El mayor margen de la cadena láctea no queda en manos de los tamberos ni de las industrias, sino en las góndolas. Los números del negocio desde la salida de fábrica hasta las manos del consumidor.

El mayor margen de la cadena láctea no queda en manos de los tamberos ni de las industrias, sino en las góndolas. Los números del negocio desde la salida de fábrica hasta las manos del consumidor.
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Por Infocampo

El mayor margen de ganancia de la cadena láctea argentina no queda en manos de los tamberos ni de las industrias, sino en las góndolas de las principales cadenas de supermercados.

Según datos de la Asociación de la Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas Lácteas (Apymel), el queso cremoso de segunda marca se entrega a cadenas de supermercados de grandes centros urbanos a un valor promedio de 10,50 $/kg (IVA incluido), mientras que el precio minorista de este producto en las grandes cadenas oscila entre 19,0 y 22,0 $/kg (los de primera marca llegan hasta los 31,0 $/kg).

El queso por salut de segunda marca, con un precio mayorista promedio de 11,50 $/kg (IVA incluido), se comercializa a un valor minorista que oscila entre 22,0 y 25,0 $/kg. El queso barra (también de segunda marca) tiene un precio mayorista del orden de 12,0 $/kg y en la góndola de las grandes cadenas no se consigue a menos de 26,0 $/kg.

En el caso de los quesos duros la diferencia es aún mayor: un queso sardo estacionado, que las usinas lo despachan a un valor mayorista de 18,0 a 20,0 $/kg, en las principales cadenas de supermercados se comercializa a valores no inferiores a 35,0 $/kg.

Fuentes del sector supermercadista indicaron a Infocampo que el análisis aislado del margen aplicado a un producto perecedero es erróneo en el caso de una cadena de supermercados, dado que el mismo debe contemplar los altos costos de salarios, servicios públicos e impuestos, además de una tendencia decreciente en las ventas.

Por su parte, industriales lácteos consideran que, más allá de cualquier argumentación, el margen aplicado sobre los quesos es abusivo, especialmente porque el costo mayorista al que reciben los productos es libre de flete.

En este marco, en los últimos años algunos propietarios de Pymes lácteas han optado por abrir bocas de expendio propias para comercializar sus quesos con un margen más razonable para el consumidor, aunque el poder de comercialización de estos pequeños emprendimientos no puede compararse con el de las grandes cadenas de supermercados.

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