Los venezolanos ingresaban a las últimas horas del domingo con la punzante incógnita sobre el ganador, pero la certeza de que puede abrirse un espacio de mayor diálogo entre oficialismo y oposición.
“No tengo problemas en conversar con cualquier venezolano, con todos, si es para hacer una Venezuela mejor”, remarcó Chávez tras votar. “Voy a ser el primero en llamar al presidente; mañana habrá una sola Venezuela y estaremos todos abrazados”, anticipó Capriles Radonski tras su sufragio.
Los dos fueron los principales adversarios de la compulsa en la que poco menos de 19 millones de ciudadanos tuvieron la chance de elegir al mandatario para el período 2013-19, en una jornada marcada por la absoluta corrección del proceso y la alta participación.
La sorprendente asistencia de ciudadanos a las urnas, que hacía prever que podría estarse ante la más baja abstención de los últimos años, pareció sobrepasar las estimaciones y los centros de votación debieron permanecer abiertos bastante más allá de las 18 (las 19.30 de la Argentina), hora prevista para el cierre de las mesas.
Desde el Consejo Nacional Electoral (CNE) y desde el oficialismo y la oposición se insistía en el pedido de tranquilidad, en la sugerencia de que nadie se quedara sin sufragar y elogiar la masiva concurrencia de venezolanos, que desde muy temprano fueron a darle otro mandato a la llamada Revolución Bolivariana o a abrir una nueva etapa.
Los temores sobre eventuales incidentes se disiparon velozmente y todo el proceso se desarrolló en una tranquilidad absoluta, al punto que las autoridades apenas reportaron una quincena de “incidentes electorales”, una cifra insignificante para un padrón de 18,9 millones de electores habilitados, 39.322 mesas y 13.810 centros de sufragios.
Como la única autoridad que puede dar datos del escrutinio es el CNE y éste anunció que únicamente revelaría cifras cuando hubiera “una tendencia irreversible”, los venezolanos se preparaban para una espera que sería larga, aunque en las principales avenidas capitalinas había quienes adelantaban los festejos desde autos con banderas y a los bocinazos.
Los festejos no eran mayores, probablemente, no sólo porque no había ni una cifra que los permitiera, sino además porque a la noche llegó el “palo de agua” (chaparrón breve pero intenso) que los pronósticos vaticinaban para la tarde.
Para matizar la espera también se había abierto un cruce de encuestas a boca de urna -prohibidas por la legislación electoral- en algunos sitios de internet, con resultados muy dispares y contradictorios, y denunciados desde el Comando Carabobo, que coordinó la campaña chavista.
“Y no se va, y no se va, el comandante no se va”, cantaron seguidores chavistas en el Teatro Principal del Parque Central, donde se instaló el Comando Carabobo, cuando su titular, Jorge Rodríguez, enfrentó a la prensa para asegurar que se trató de “la elección más concurrida en la historia de Venezuela”.
El afán por que la madrugada transcurriera sin incidentes fue visible en las palabras de Chávez, que, poco después de votar, llamó a respetar los resultados “haya una diferencia de un voto o de tres millones”, y pidió a la dirigencia “estar a la altura de la lección” que estaba dando el pueblo venezolano.
En un marcado mensaje contemporizador, Chávez se manifestó dispuesto a “dialogar con cualquier venezolano” tras la compulsa, aseguró que “siempre, donde quiera que esté”, estará “dispuesto a convocar a todos para conversar sobre qué es mejor para el país” y evaluó que en los comicios se jugaba “la idea de independencia o colonia”.
El mandatario votó al mediodía en el Liceo Manuel Palacio Fajardo, del Barrio 23 de Enero de Caracas, a donde lo esperaban además de miles de seguidores, la senadora y primera dama uruguaya, Lucía Topolansky; la ex senadora colombiana Piedad Córdoba; la Premio Nobel de la Paz guatemalteca Rigoberta Menchú, y el actor estadounidense Danny Glover, entre otros.
También Capriles Radonski buscó desdramatizar la compulsa, al afirmar que su primer llamado, una vez que se supieran los resultados, sería al presidente Chávez, sentenciar que “lo que el pueblo diga es palabra sagrada” y remarcar que “para saber ganar hay que saber perder”.
“Los venezolanos estamos dando un ejemplo y los líderes tenemos que dar el ejemplo también; aquí va a haber un ganador y un presidente electo, pero no va a haber un pueblo derrotado, y mañana habrá una sola Venezuela y vamos a estar todos abrazados”.
Los comicios fueron presenciados por una fuerte delegación de acompañantes electorales, entre ellos los del debutante Consejo Electoral de la Unasur, encabezado por el ex vicepresidente argentino Carlos “Chacho” Alvarez, quienes elogiaron reiteradamente el sistema de votación y el proceso organizativo del CNE.
En Venezuela el ganador es quien se adjudica la mayor cantidad de votos válidos, sin piso fijado, y únicamente se vota presidente. El ganador elige luego a su vice, que es un funcionario ejecutivo.
Además de Chávez y Capriles Radonski, participaron, sin ninguna chance, Orlando Chirino, por Socialismo y Libertad; María Bolívar, por el Partido Democrático Unidos por la Paz; Reina Sequera, por Poder Laboral, y Luis Reyes, por la Organización Renovadora Auténtica.
Fuente: Télam
