Monsanto decidió asociarse a la Cámara de Productores y Exportadores de Cereales y Oleaginosos (Capeco), la entidad promovida por Moreno para vender cereales al exterior y, en cambio, prescindió hacerlo en la Cámara de la Industria Aceitera-Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-Cec), donde están agrupadas las grandes multinacionales del rubro, como Cargill, Bunge, Dreyfus y ADM y Nidera, entre otras.
“Lo que estamos haciendo es tener una cuota para exportar maíz y elegimos a Capeco porque es más chica y hay exportadores que conocemos y con los cuales trabajamos”, confirmó al diario La Nación Pablo Vaquero, vicepresidente de Monsanto.
Como otras compañías, por la política que viene instrumentando el Gobierno, Monsanto necesita equilibrar sus importaciones de agroquímicos con exportaciones.
Eso ya lo pudo hacer, por ejemplo, en gran parte con ventas al exterior de bolsas de semillas de maíz que se producen aquí para luego ser utilizadas en la campaña siguiente por los productores del hemisferio norte.
De hecho, según señaló Vaquero, por la sequía en los Estados Unidos, ese negocio que se hace en contraestación viene en alza y aumentó un 50% respecto del año pasado. De todos modos, la empresa requiere exportar más.
Monsanto estuvo con Moreno y consiguió hace unos meses que también la habilitaran para exportar el cereal que recibe de los productores en canjes por insumos. Antes colocaba el cereal que los productores le entregaban a través de otra empresa. “La idea de exportar tiene que ver con compensar importaciones y ofrecer a los clientes un mejor negocio [con los canjes por cereal]”, afirmó Vaquero. Un dato: en lo que va de 2012 Monsanto concretó exportaciones por 130.000 toneladas.

