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Basf, una firma enfocada en la protección de los cultivos, pero que apunta a la innovación

La compañía europea en su último ejercicio (2014) facturó 74.236 millones de euros, con ganancias por casi el 10% de ese volumen.

infocampo

Del total de ventas, el segmento Agricultural Solutions aporta 5.446 millones, siendo el de menor escala respecto del resto (energía, materiales, químicos, etc.).

El segmento agrícola se constituye esencialmente por Protección de Cultivos (Crop Protection), quedando incluida allí el segmento de Plant Science, dedicado a la investigación en biotecnología, entre otros.

El fuerte del negocio agro de Basf son los fungicidas, que en el último ejercicio representaron el 44% de las ventas o 2.409 millones de euros. En orden de magnitud le siguieron los herbicidas, con 1.884 millones (35%), y los insecticidas, con 845 millones (15%).

El ejercicio mostró un incremento de ventas del 4% respecto de 2013, esencialmente traccionado por el mayor volumen de ventas.

Región por región, la que más le aporta a la facturación es Europa, con el 37%, seguida por América del Norte, con el 29%. Muy cerca de esta participación está América Latina (que incluye África y Oriente Medio) con el 24%, y finalmente Asia Pacífico, con el 10% restante.

Entre los productos que más aportan a los números de la compañía está la molécula fungicida F500, así como Xemiun, un producto de última generación que está funcionando muy bien en la agricultura de América del Sur. También el sistema Clearfield aporta significativamente a las ventas, al igual que nuevas moléculas insecticidas como Fipronil, o el herbicida Kixor.

Como se mencionó, Basf tiene una división dedicada a la investigación vegetal, con base en Carolina del Norte (EE.UU.). Anualmente están invirtiendo más de 150 millones de euros en esta área, donde han obtenido resultados como los genes de resistencia a la sequía para maíz (Genuity Drought Guard), que lanzaron en los EE.UU. en 2013.

La estrategia apunta al desarrollo de nuevos productos, para lo cual solo en Protección de Cultivos están invirtiendo más de 500 millones de euros al año. Una de las mayores expectativas se da con Engenia, un herbicida en base a dicamba pero de nueva formulación, que se aplicaría en los sistemas de cultivos resistentes a este hormonal.

Otra novedad es Serifel, un fungicida biológico para el tratamiento de semillas. Respecto de Xemiun, lanzado en 2011 para el combate de la roya de la soja y otras enfermedades, la expectativa es que alcance ventas por 600 millones de euros.

En tanto, a fines de 2014 anunciaron la salida para el mercado de América del Norte de Limus, una tecnología para reducir las pérdidas de nitrógeno por volatilización, cuando se emplea la urea como principal fuente del nutriente.

Otra de las novedades del año pasado fue la inauguración de la primera planta de formulación y envase de fitosanitarios en la provincia china de Jiangsu.

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