Los titulares de la primera planta productora de biodiesel de la zona sur de la provincia de Buenos Aires anunciaron el cierre de la fábrica alegando la imposibilidad de afrontar los costos que acarrea su funcionamiento, luego del decreto –firmado en agosto por el gobierno nacional– que modificó el precio interno de la tonelada de biodiesel.
Ronnny Kuhlmann, presidente de Biocombustibles Tres Arroyos SA, encabezó el anuncio junto a uno de sus socios, Nicolás Ambrosius, y miembros del Sindicato del Petróleo, Gas y Biocombustibles de Bahía Blanca y La Pampa.
“Es la primera vez que nos toca tomar una decisión amarga como esta. Somos ocho socios y lo que más nos duele es tener que decirle a la gente que no podemos seguir”, dijo.
Según explicó, el proyecto estaba basado en alcanzar un nivel de entre 300 y 500 toneladas mensuales, con la idea de llegar a las 1.500. El sistema, además, les garantizaba el equilibrio sobre los costos.
Hicimos todo lo que pedía el gobierno, cumplimos con las normas, hicimos todas las certificaciones y habilitaciones que nos llevaron dos años. En los últimos seis meses, la empresa llegó a obtener un producto de calidad, y el objetivo era obtener cantidad para equilibrar los costos fijos. Sin embargo, de repente, nos cambiaron las reglas de juego”, señaló.
Al respecto, explicó que luego de la decisión –publicada en agosto en el Boletín Oficial– de bajar el precio de la tonelada de biodiesel de 5.200 a 4.400 pesos, “ni siquiera cumplimos con los costos variables”.
Respecto de la posibilidad que esta medida se revierta, Kuhlmann se mostró escéptico.
“Pueden restituir el precio ¿pero cómo restituyen la confianza al accionista que iba a comprar o invertir? ¿Con qué confianza lo va a hacer si modifican las reglas del juego cuando quieren mientras ellos (por el Gobierno) se sientan en una mesa y arman el juego como quieren”, disparó.
“No confío en que esto cambie, porque no creo que acomoden el precio. Y si lo acomodan, lo harán en dos o cuatro meses; mientras tanto perderemos plata”, agregó.
Según publicó la Nueva Provincia.com, Kuhlmann lamentó que las cinco personas que se encuentran trabajando en la planta se quedarán sin trabajo a mediados de octubre, cuando se termine con la producción.
Fueron formados por nosotros y deberemos despedirlas; creo que eso es más duro que la inversión que hemos hecho”, dijo.