Publicidad Cerrar X

Cómo hacer más económica y eficiente la pulverización

El especialista en producción vegetal de la EEA Pergamino, Pedro Leiva, se refirió a un trabajo sobre técnicas de aplicación de fungicidas en cultivos cerrados de soja. Cómo hacer una aplicación más rentable.

El especialista en producción vegetal de la EEA Pergamino, Pedro Leiva, se refirió a un trabajo sobre técnicas de aplicación de fungicidas en cultivos cerrados de soja. Cómo hacer una aplicación más rentable.
infocampo
Por Infocampo

En enero de 2005 se realizaron seis ensayos de grandes parcelas en campos de productores de una amplia región de la pradera pampeana.

En total se pulverizaron 300 ha, con una superficie promedio por ensayo de 50 hectáreas.

Comparando avión y pulverización terrestre, el segundo pulverizó un volumen 8,5 veces mayor, 145 contra 17 lt/ha promedio, respectivamente.

La penetración lograda por el terrestre fue superior al avión (13 vs. 7 gotas/cm2), y su llegada mucho mayor (189 vs 41 gotas/cm2).

Entendiendo que a igualdad de dosis por hectárea, el agua es sólo un transportador del fungicida, y que éste se distribuye uniformemente en el caldo, el terrestre, a pesar de haber penetrado con más gotas, sólo aplica abajo un 6% de la dosis, mientras que el avión, un 15%. En otras palabras, “el avión aplica 2,5 más de dosis en el lugar donde hace falta”, explica el ingeniero Leiva.

El tamaño promedio de la gota producida en tratamientos aéreos es menor que en terrestres, y mucho más uniforme. El terrestre produce muchas gotas grandes que quedan retenidas arriba.

Entonces el avión es mejor opción que el terrestre, ya que este último pisa y que por ello se pierde aproximadamente un 3% de rinde. Para cultivos de soja de 45 q/ha, la pérdida representa 1,4 q/ha, valor equivalente al costo de control.

Descontando la pérdida por pisoteo, el terrestre equipado con cono hueco permite obtener resultados equivalentes a tratamientos aéreos entre 15 y 17 lt/ha.

Los mejores resultados técnico-económicos en un 60% de los 6 ensayos se lograron con avión, y en un 40% con equipo terrestre. Esto como consecuencia de no pisar el cultivo y aplicar más dosis en el lugar donde comienzan los síntomas de enfermedades.

El rendimiento promedio en la parcela testigo sin control químico fue elevado, 46 q/ha. “La principal limitante de estas experiencias fue la baja severidad para enfermedades de fin de ciclo (EFC)”, explican en el informe del INTA. Alto rinde y abundante presencia de enfermedades resultan fundamentales para expresar física y económicamente los resultados en términos de calidad de aplicación de fungicidas.

Efectividad. Cuando las condiciones atmosféricas son poco demandantes, el uso de aceite no tiene sentido, ya que reduce la cobertura al producir una gota más grande (por poca evaporación) y encarece los costo del tratamiento.

Existe una percepción equivocada por parte del productor que analiza el incremento del costo de aplicación por uso de aceite, comparando el costo del servicio con y sin el antievaporante, estimado en un 30%. Cuando se olvida de contabilizar la dosis del fungicida, bajo esta óptica, el incremento se reduce a un 10%, además de ser la llave para obtener control.

Aceite de soja

Para buscar alternativas baratas de antievaporantes para el aspersor rotativo, se probó aceite de soja comparado con aceite mineral. Resultado: Recomiendan usar aceite mineral a 2 lt/ha, ya que este tratamiento duplica los valores obtenidos con aceite de soja a 1lt/ha y evita los inconvenientes.

El especialista en producción vegetal de la EEA Pergamino, Pedro Leiva, se refirió a un trabajo sobre técnicas de aplicación de fungicidas en cultivos cerrados de soja. Cómo hacer una aplicación más rentable.
infocampo
Por Infocampo

En enero de 2005 se realizaron seis ensayos de grandes parcelas en campos de productores de una amplia región de la pradera pampeana.

En total se pulverizaron 300 ha, con una superficie promedio por ensayo de 50 hectáreas.

Comparando avión y pulverización terrestre, el segundo pulverizó un volumen 8,5 veces mayor, 145 contra 17 lt/ha promedio, respectivamente.

La penetración lograda por el terrestre fue superior al avión (13 vs. 7 gotas/cm2), y su llegada mucho mayor (189 vs 41 gotas/cm2).

Entendiendo que a igualdad de dosis por hectárea, el agua es sólo un transportador del fungicida, y que éste se distribuye uniformemente en el caldo, el terrestre, a pesar de haber penetrado con más gotas, sólo aplica abajo un 6% de la dosis, mientras que el avión, un 15%. En otras palabras, “el avión aplica 2,5 más de dosis en el lugar donde hace falta”, explica el ingeniero Leiva.

El tamaño promedio de la gota producida en tratamientos aéreos es menor que en terrestres, y mucho más uniforme. El terrestre produce muchas gotas grandes que quedan retenidas arriba.

Entonces el avión es mejor opción que el terrestre, ya que este último pisa y que por ello se pierde aproximadamente un 3% de rinde. Para cultivos de soja de 45 q/ha, la pérdida representa 1,4 q/ha, valor equivalente al costo de control.

Descontando la pérdida por pisoteo, el terrestre equipado con cono hueco permite obtener resultados equivalentes a tratamientos aéreos entre 15 y 17 lt/ha.

Los mejores resultados técnico-económicos en un 60% de los 6 ensayos se lograron con avión, y en un 40% con equipo terrestre. Esto como consecuencia de no pisar el cultivo y aplicar más dosis en el lugar donde comienzan los síntomas de enfermedades.

El rendimiento promedio en la parcela testigo sin control químico fue elevado, 46 q/ha. “La principal limitante de estas experiencias fue la baja severidad para enfermedades de fin de ciclo (EFC)”, explican en el informe del INTA. Alto rinde y abundante presencia de enfermedades resultan fundamentales para expresar física y económicamente los resultados en términos de calidad de aplicación de fungicidas.

Efectividad. Cuando las condiciones atmosféricas son poco demandantes, el uso de aceite no tiene sentido, ya que reduce la cobertura al producir una gota más grande (por poca evaporación) y encarece los costo del tratamiento.

Existe una percepción equivocada por parte del productor que analiza el incremento del costo de aplicación por uso de aceite, comparando el costo del servicio con y sin el antievaporante, estimado en un 30%. Cuando se olvida de contabilizar la dosis del fungicida, bajo esta óptica, el incremento se reduce a un 10%, además de ser la llave para obtener control.

Aceite de soja

Para buscar alternativas baratas de antievaporantes para el aspersor rotativo, se probó aceite de soja comparado con aceite mineral. Resultado: Recomiendan usar aceite mineral a 2 lt/ha, ya que este tratamiento duplica los valores obtenidos con aceite de soja a 1lt/ha y evita los inconvenientes.

Seguí leyendo:

Temas relacionados: