Shirley nos contó que “la uva llega a nuestra bodega cosechada en cajas de 17 kilos. Allí hacemos una selección de granos. Luego pasan a la molienda con máquinas pequeñas de ultima generación cuidando paso a paso que el grano de uva llegue entero al tanque para comenzar allí la fermentación, que va a dar origen a aromas y sabores característicos, utilizando cepas de levaduras seleccionadas de la mejor calidad”. Y agrega que “el llenado y vestido se hace a mano con gente especializada cumpliendo con todos los detalles desde la botella hasta la caja controlando el ‘vestido’ paso a paso”.
La bodega cuenta con “tanques de acero inoxidable de pequeña capacidad con una relación 1 a 1 para lograr un mayor contacto de hollejo mosto para extraer así todos los compuestos necesarios. La capacidad en acero inoxidable es de 56.000 litros. En tanto que hay 11.475 litros que van a barricas de roble francés y americano con distintos tostados para aportarle a los vinos complejidad y aromas”.
Como está al pie de la cordillera la bodega está aislada térmicamente y totalmente calefaccionada y refrigerada según las necesidades. “Todos estos cuidados nos han llevado a obtener las dos líneas de vinos con que cuenta la bodega: Azul es nuestra línea varietal sin madera con aromas frutados. Y una línea roble que cuenta con un importante aporte de madera lo que brinda mayor complejidad, estructura, untuosidad, y los aromas a vainilla y chocolate que se combinan con la fruta de la variedad”.
El camino hacia la calidad
El crecimiento de la empresa fue así:
– 1993: se implantan 10 has de Cabernet Sauvignon (para vinos de alta gama) y 5 de Chardonnay (para champagne). Se cambian uvas Pedro Giménez por Semillón (para champagne). Su principal cliente es Chandón.
– 1994: Se recibe otro campo en la zona de Vista Flores. Allí se injerta la variedad Sirah.
– 1996: Se construye un pozo de riego de 150 metros de profundidad. Se implantan 6 hectáreas de manzanas, 4 de duraznos y 2 de ciruelo. Obtienen el 2do premio al Emprendedor Agropecuario.
– 1998: se implantan 5,50 hectáreas de Malbec.
– 1999: 2,60 hectáreas de Malbec y 3 de Merlot.
– 2000: 12 hectáreas de Chardonnay.
– 2003: Deciden la instalación de su propia bodega con unos 70.000 litros de capacidad.
Un trabajo de todo el año
Este es el ciclo de labores en Azul:
– Poda. Se deja la cantidad justa de yemas para lograr una planta equilibrada que logre una expresión vegetativa adecuada a los kilos de uva que se desea producir. Según la variedad se elige el tipo de poda.
– Desbrotes. Se eliminan todos los brotes que generan excesivo sombreado de la uva.
– Raleos. Consiste en la eliminación de los racimos que exceden la producción deseada. Según la concentración del vino que quiere lograrse se deja de 4.000 a 7.000 kg por hectárea.
– Riegos. Para aportar el agua necesaria para el crecimiento equilibrado de las plantas.
– Cosecha. En la vendimia los frutos son recogidos a mano. Luego, en el viñedo se hace la primera selección de los mejores racimos, eliminando los que no poseen las características óptimas deseadas.
