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El aporte agroindustrial

El agro contribuyó con el 37% al superávit primario

El agro contribuyó con el 37% al superávit primario
infocampo
Por Infocampo

En el ámbito interno nuestro país vuelve a mostrar un ritmo de crecimiento anual del 8%, acumulando el 33% en los últimos cuatro años. Una vez más podemos decir con orgullo que la agroindustria fue el sector que más aportó, ya que durante el primer semestre del 2005 fue responsable del 17% del aumento de la economía. Por otra parte hemos podido obtener un importante superávit fiscal primario. El agro otorgó el 37% de este superávit, con las retenciones en los últimos dos años. Un tema que nos preocupa, como productores y como consumidores, es el continuo aumentos de precios. Pero debemos ser conscientes que asistimos a un recalentamiento de la economía, y que para aumentar la oferta de bienes y servicios, que satisfaga esta mayor demanda, se requiere estimular la inversión. En tal sentido, la Rural ha lanzado el PEGA, un Plan Estratégico para la Ganadería Argentina, con metas y objetivos concretos para los próximos 10 años. Seguimos bregando por un Ministerio de Agricultura, seguimos esperando una política ganadera, un SENASA fuerte para certificar los u$s 18.000 M de exportaciones. Un INTA que llegue con su extensión a todos los productores, una reforma fiscal que premie a quienes pagan y castigue a los evasores, un Gobierno que deje atrás el clientelismo y apoye la inversión como búsqueda del bien común, como forma de creación de puestos de trabajo genuino y como instrumento de distribución de la mayor riqueza generada a partir de él.

Luciano Miguens

Pte. de la Sociedad Rural Argentina

Con el modelo

CONINAGRO destaca la ratificación del modelo productivo nacional como camino para el crecimiento y bienestar de todos los argentinos. Quienes apostamos día a día a invertir en nuestras tierras y bregamos por el bienestar de nuestros productores y sus familias creemos que el trabajo argentino no se puede dilapidar para pagar una deuda permanente sino que debe contribuir al bienestar general del país. Decisiones en tal sentido nos muestran que los esfuerzos del sector no fueron en vano. Por otra parte, los recientes cambios en el Ministerio de Economía nos abren una puerta y nos invitan al diálogo. CONINAGRO apuesta fuertemente a la propuesta antes que la protesta y al consenso antes que el disenso. Por eso lucha día a día por una política agropecuaria nacional.

Durante el 2005 no conseguimos todo lo deseado, pero a pesar de ello confiamos en que se superarán las dificultades económicas. Nuestra esperanza de un 2006 donde la reforma tributaria, la adecuación impositiva y el cooperativismo como alternativa económica sean reconocidas y encuentren en nuestros funcionarios las soluciones que anhelamos como representantes del sector agropecuario y cooperativista.

Fernando Gioino

Presidente de CONINAGRO

Lo que se viene

Quizá debamos calificar al año que va expirando como un tiempo de expectativas que se fueron diluyendo, y al que viene como de esperanza sobre la concreción de algunos de los tantos cambios que hacen falta para reconstruir el país más justo que alguna vez tuvimos.Y, de hecho, no termina mal si tenemos en cuenta que saldar la deuda con el FMI provee, en una visión no demasiado analítica, debo reconocerlo, cierto alivio. Por empezar, la misión oficiosa del gran usurero mundial a favor de las grandes empresas de servicios privatizados, puede quedar definitivamente descartada, como sus imposiciones a la hora de renegociar el pago de cada vencimiento: bajar la cotización del dólar, aumentar las tasas de interés, monitorear la política salarial y social en general, etc. Y es una buena noticia que se haya aprobado el aumento de los recursos para la educación al liberarse las previsiones del Presupuesto antes destinadas a vencimientos con el FMI. Hasta aquí llegamos con optimismo al 2006. Veremos cómo sigue todo esto.

En lo nuestro, las demandas de cambios estructurales siguen sin respuesta, como la continuidad de la concentración económica en el campo, la extranjerización de tierras; la ausencia de políticas activas que induzcan a concretar nuestro persistente reclamo por una agricultura con agricultores. Este año tras la larga lucha por recuperar a dos rubros fundamentales (leche y carne), se nos vinieron encima. Retenciones, no pago de reintegros a la exportación y otras medida de apuro las vuelven a poner en riesgo. En otros renglones, el panorama es incierto: economías regionales, campesinado y pueblos indígenas: la franja más vulnerable del sector. Con ellos, y con muchos pequeños productores de otras partes de la geografía agropecuaria, queda una enorme deuda social que debe cancelarse en términos perentorios si se aspira a un país más equitativo en la distribución de su riqueza.

Eduardo Buzzi

Presidente de FAA

El agro contribuyó con el 37% al superávit primario
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Por Infocampo

En el ámbito interno nuestro país vuelve a mostrar un ritmo de crecimiento anual del 8%, acumulando el 33% en los últimos cuatro años. Una vez más podemos decir con orgullo que la agroindustria fue el sector que más aportó, ya que durante el primer semestre del 2005 fue responsable del 17% del aumento de la economía. Por otra parte hemos podido obtener un importante superávit fiscal primario. El agro otorgó el 37% de este superávit, con las retenciones en los últimos dos años. Un tema que nos preocupa, como productores y como consumidores, es el continuo aumentos de precios. Pero debemos ser conscientes que asistimos a un recalentamiento de la economía, y que para aumentar la oferta de bienes y servicios, que satisfaga esta mayor demanda, se requiere estimular la inversión. En tal sentido, la Rural ha lanzado el PEGA, un Plan Estratégico para la Ganadería Argentina, con metas y objetivos concretos para los próximos 10 años. Seguimos bregando por un Ministerio de Agricultura, seguimos esperando una política ganadera, un SENASA fuerte para certificar los u$s 18.000 M de exportaciones. Un INTA que llegue con su extensión a todos los productores, una reforma fiscal que premie a quienes pagan y castigue a los evasores, un Gobierno que deje atrás el clientelismo y apoye la inversión como búsqueda del bien común, como forma de creación de puestos de trabajo genuino y como instrumento de distribución de la mayor riqueza generada a partir de él.

Luciano Miguens

Pte. de la Sociedad Rural Argentina

Con el modelo

CONINAGRO destaca la ratificación del modelo productivo nacional como camino para el crecimiento y bienestar de todos los argentinos. Quienes apostamos día a día a invertir en nuestras tierras y bregamos por el bienestar de nuestros productores y sus familias creemos que el trabajo argentino no se puede dilapidar para pagar una deuda permanente sino que debe contribuir al bienestar general del país. Decisiones en tal sentido nos muestran que los esfuerzos del sector no fueron en vano. Por otra parte, los recientes cambios en el Ministerio de Economía nos abren una puerta y nos invitan al diálogo. CONINAGRO apuesta fuertemente a la propuesta antes que la protesta y al consenso antes que el disenso. Por eso lucha día a día por una política agropecuaria nacional.

Durante el 2005 no conseguimos todo lo deseado, pero a pesar de ello confiamos en que se superarán las dificultades económicas. Nuestra esperanza de un 2006 donde la reforma tributaria, la adecuación impositiva y el cooperativismo como alternativa económica sean reconocidas y encuentren en nuestros funcionarios las soluciones que anhelamos como representantes del sector agropecuario y cooperativista.

Fernando Gioino

Presidente de CONINAGRO

Lo que se viene

Quizá debamos calificar al año que va expirando como un tiempo de expectativas que se fueron diluyendo, y al que viene como de esperanza sobre la concreción de algunos de los tantos cambios que hacen falta para reconstruir el país más justo que alguna vez tuvimos.Y, de hecho, no termina mal si tenemos en cuenta que saldar la deuda con el FMI provee, en una visión no demasiado analítica, debo reconocerlo, cierto alivio. Por empezar, la misión oficiosa del gran usurero mundial a favor de las grandes empresas de servicios privatizados, puede quedar definitivamente descartada, como sus imposiciones a la hora de renegociar el pago de cada vencimiento: bajar la cotización del dólar, aumentar las tasas de interés, monitorear la política salarial y social en general, etc. Y es una buena noticia que se haya aprobado el aumento de los recursos para la educación al liberarse las previsiones del Presupuesto antes destinadas a vencimientos con el FMI. Hasta aquí llegamos con optimismo al 2006. Veremos cómo sigue todo esto.

En lo nuestro, las demandas de cambios estructurales siguen sin respuesta, como la continuidad de la concentración económica en el campo, la extranjerización de tierras; la ausencia de políticas activas que induzcan a concretar nuestro persistente reclamo por una agricultura con agricultores. Este año tras la larga lucha por recuperar a dos rubros fundamentales (leche y carne), se nos vinieron encima. Retenciones, no pago de reintegros a la exportación y otras medida de apuro las vuelven a poner en riesgo. En otros renglones, el panorama es incierto: economías regionales, campesinado y pueblos indígenas: la franja más vulnerable del sector. Con ellos, y con muchos pequeños productores de otras partes de la geografía agropecuaria, queda una enorme deuda social que debe cancelarse en términos perentorios si se aspira a un país más equitativo en la distribución de su riqueza.

Eduardo Buzzi

Presidente de FAA

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