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El desafío israelí de cultivar en el desierto

Con su escaso territorio, mayormente desértico, los israelíes se las han ingeniado para desarrollar una agricultura superintensiva de avanzada. El sistema se basa fundamentalmente en el riego por goteo, impulsado inicialmente desde la figura del kibbutz.

Con su escaso territorio, mayormente desértico, los israelíes se las han ingeniado para desarrollar una agricultura superintensiva de avanzada. El sistema se basa fundamentalmente en el riego por goteo, impulsado inicialmente desde la figura del kibbutz.
infocampo
Por Infocampo

La gira para periodistas de todo el mundo organizada por los ministerios de Agricultura y Relaciones Exteriores de Israel, tuvo como objeto mostrar algunos de los adelantos tecnológicos que serán presentados en mayo de 2006 en Tel Aviv en el marco de Agritech, la feria agropecuaria más importante de este país. Fue apenas un pantallazo de lo mucho que tiene para ofrecer en materia de tecnología el agro israelí, obligado por las circunstancias a optimizar los recursos y buscar agua donde no la hay. Algunos ejemplos hablan a las claras del denodado esfuerzo que debieron realizar técnicos y productores, a través de la perfecta conjunción entre estado, universidad y el sector privado.

Así Israel, con más de la mitad de sus tierras productivas bajo riego, es el país con mayor proporción de cultivos irrigados en todo el mundo. También muestran con orgullo sus sofisticados invernaderos, que se han instalado sobre todo en las zonas más cálidas, como el desierto del Néguev.

Esta tecnología incluye además un film plástico especial, ventilación y estructuras que les ha permitido obtener a los productores un récord de 3 millones de rosas por hectárea o un promedio de 300 toneladas de tomates por hectárea, cuatro veces más de lo que normalmente se obtiene en cultivos al aire libre. Otro caso emblemático es el que ofrece el sector lechero.

Gracias a los avances tecnológicos, el tambo israelí pasó de un rendimiento anual por vaca y por año de 3.900 litros en 1950, a más de 11.000 litros en la actualidad. La raza predominante es la Holstein Israelí.

Uno de los centros de capacitación más importantes es el Instituto Volcani, que realiza una formidable tarea de extensión. Pero en el afán de exportar su tecnología, Israel también ofrece cursos para profesionales extranjeros en CINADCO, un organismo oficial que tiene su sede en el kibbutz Shefayim, donde también se brinda alojamiento a los participantes.

El kibbutz y moshav. La figura del kibbutz cobra protagonismo mucho antes de la independencia del Estado de Israel, en 1948, y fue el primero en usar riego por goteo. Los primeros colonos apelaron a esta granja colectiva donde todos son propietarios y comparten las utilidades.

Fue desarrollado por la empresa Netafim, hoy líder mundial en el rubro.

El moshav es otra forma, que se asemeja más al sistema cooperativo, donde se buscan buenos precios en los productos.

Juan Carlos Fola.

Especial para Infocampo

Con su escaso territorio, mayormente desértico, los israelíes se las han ingeniado para desarrollar una agricultura superintensiva de avanzada. El sistema se basa fundamentalmente en el riego por goteo, impulsado inicialmente desde la figura del kibbutz.
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Por Infocampo

La gira para periodistas de todo el mundo organizada por los ministerios de Agricultura y Relaciones Exteriores de Israel, tuvo como objeto mostrar algunos de los adelantos tecnológicos que serán presentados en mayo de 2006 en Tel Aviv en el marco de Agritech, la feria agropecuaria más importante de este país. Fue apenas un pantallazo de lo mucho que tiene para ofrecer en materia de tecnología el agro israelí, obligado por las circunstancias a optimizar los recursos y buscar agua donde no la hay. Algunos ejemplos hablan a las claras del denodado esfuerzo que debieron realizar técnicos y productores, a través de la perfecta conjunción entre estado, universidad y el sector privado.

Así Israel, con más de la mitad de sus tierras productivas bajo riego, es el país con mayor proporción de cultivos irrigados en todo el mundo. También muestran con orgullo sus sofisticados invernaderos, que se han instalado sobre todo en las zonas más cálidas, como el desierto del Néguev.

Esta tecnología incluye además un film plástico especial, ventilación y estructuras que les ha permitido obtener a los productores un récord de 3 millones de rosas por hectárea o un promedio de 300 toneladas de tomates por hectárea, cuatro veces más de lo que normalmente se obtiene en cultivos al aire libre. Otro caso emblemático es el que ofrece el sector lechero.

Gracias a los avances tecnológicos, el tambo israelí pasó de un rendimiento anual por vaca y por año de 3.900 litros en 1950, a más de 11.000 litros en la actualidad. La raza predominante es la Holstein Israelí.

Uno de los centros de capacitación más importantes es el Instituto Volcani, que realiza una formidable tarea de extensión. Pero en el afán de exportar su tecnología, Israel también ofrece cursos para profesionales extranjeros en CINADCO, un organismo oficial que tiene su sede en el kibbutz Shefayim, donde también se brinda alojamiento a los participantes.

El kibbutz y moshav. La figura del kibbutz cobra protagonismo mucho antes de la independencia del Estado de Israel, en 1948, y fue el primero en usar riego por goteo. Los primeros colonos apelaron a esta granja colectiva donde todos son propietarios y comparten las utilidades.

Fue desarrollado por la empresa Netafim, hoy líder mundial en el rubro.

El moshav es otra forma, que se asemeja más al sistema cooperativo, donde se buscan buenos precios en los productos.

Juan Carlos Fola.

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