Inversores extranjeros están comprando cada vez tierras en Uruguay al tiempo que los valores de los inmuebles rurales en el vecino país registran valores inimaginables tres años atrás.
Entre ellos hay compañías agrícolas como PGG Wrightson Ltd., de Nueva Zelanda, y Adecoagro, con sede en Buenos Aires, que es respaldada por el inversor multimillonario George Soros.
Los compradores internacionales, ansiosos por posicionarse en activos tangibles ante el progresivo debilitamietno del dólar estadounidense, se sienten atraídos por las oportunidades presentes en el mercado oriental, donde los valores de la tierra son baratos y no existen impuestos ni restricciones a las exportaciones de commodities agropecuarios.
La tierra uruguaya con mayor aptitud para la agricultura, localizada en la zona litoraleña (vecina de la frontera con la Argentina), se paga en la actualidad en torno a 7000 u$s/ha versus unos 3000 u$s/ha en 2005, dijo Michael Thomas, gerente general de NZ Farming Systems Uruguay, que es gestionada y pertenece en parte a Wrightson, la mayor compañía de servicios agrícolas de Nueva Zelanda.
“La región occidental se ha encarecido porque han venido argentinos a sembrar soja’, dijo Thomas en una entrevista telefónica desde Christchurch, Nueva Zelanda.
Mientras en la Argentina el gobierno aplica impuestos sobre los ingresos (vía retenciones) y las rentas (Impuesto a las Ganancias), además de aplicar diferentes restricciones a las exportaciones de granos, carne bovina y lácteos, en Uruguay sólo se aplica un tributo del 25% sobre la renta neta.
“Lo que hizo Uruguay fue simplemente no entrometerse’, dijo en una entrevista desde Montevideo Eduardo Blasina, analista del sector agrícola y codirector de Blasina & Tardáguila. “Las inversiones eran bien recibidas’, añadió.
Las exportaciones uruguayas de carne vacuna podrían subir a 430.000 toneladas este año desde 381.000 toneladas en 2007, dijo el agrónomo Felipe d’Albora, del Instituto Uruguayo de la Carne.
Fuente: Bloomberg
